Eterna Garbo

No quisi¨¦ramos caer en socorridos t¨¦rminos vin¨ªcolas, ni en consideraciones del tipo "ya no se hacen pel¨ªculas as¨ª", pero Margarita Gautier tiene una solera especial, una cautivadora estela que tanto pasa por el mito por excelencia del s¨¦ptimo arte, Greta Garbo, como por su prototipo de gal¨¢n, Robert Taylor, como por cualquier noci¨®n de melodrama cl¨¢sico a?os treinta. Hubo mucho melodrama por aquellas fechas y todos conservan un aroma particular. Margarita Gautier, sin embargo, es cristal puro, puro terciopelo, suntuosidad, esplendor, luminosidad y belleza. A ello no es ajena la puesta en escena de un maestro, George Cukor, de extrema elegancia, que sin pudor levanta una historia de amor bigger than life, trufada de sacrificio y tragedia -la escena final es de una sensibilidad insuperada-. En resumen, un melodrama eterno, una adaptaci¨®n mod¨¦lica de la letra de Alejandro Dumas.A su lado, El matrimonio de un joven corredor de bolsa, una comedia no despreciable sobre el tema de la batalla de los sexos, empalidecer¨¢ notablemente, como lo har¨¢ otro monumento camp, ¨¦ste de nuestro cine, ?Donde vas, triste de ti?, continuaci¨®n l¨®gica por Alfonso Balc¨¢zar del ¨¦xito de ?D¨®nde vas, Afflonso XII?, con Vicente Parra como protagonista.