Agujeros negros

Despu¨¦s del espeluznante descubrimiento del agujero negro de los seguros de prima ¨²nica, el Ministerio de Hacienda se dispone, t¨ªmidamente, a orientar su telescopio a otros lugares no menos prometedores en la galaxia del fraude fiscal. Por ejemplo, a la constelaci¨®n de las cesiones de cr¨¦dito, donde existen mir¨ªadas de bancos y sat¨¦lites a los que explorar. Este agujero debe ser, por lo menos, como el que hab¨ªa en latripita de La Caixa: un bill¨®n 100.000 millones. Como en astronom¨ªa financiera las cifras son tan grandes, hay que acudir a las comparaciones: en ese agujero cab¨ªa el sueldo de 20.000 espa?oles trabajando toda una vida o todos los ingresos por trabajo de una ciudad espa?ola de 60.000 habitantes durante medio siglo.Pero el agujero negro que m¨¢s divide ahora a la comunidad cient¨ªfico-monetaria espa?ola y al que reputados expertos de la categor¨ªa del se?or Borrell se niegan a apuntar el telescopio recaudador, es el de los pagar¨¦s del Tesoro, situado en el mism¨ªsimo sistema solar del Estado. Viene a arg¨¹ir el se?or Borrell en descargo de su desinter¨¦s que los objetos que en ¨¦l se encuentran no merecen ser registrados en la cartograf¨ªa del tributo, porque en el pecado de su opacidad (ahora se llama as¨ª, ?ay, Esquilache!, al anonimato consentido y a la impunidad que representa) llevan la penitencia de su bajo inter¨¦s. Si los c¨ªnicos volviesen a crear escuela, tendr¨ªan m¨¢s matriculaciones que hijos de socialistas del PSOE hay en universidades norteamericanas.

?Para cu¨¢ndo, se?ores de Hacienda, una profunda metida demano a las rentas del capital en sus m¨²ltiples formas?- Pedro Prieto.