Campa?a contra la ostentaci¨®n y el derroche de los dirigentes comunistas
El hist¨®rico Juicio contra los militares acusados de narcotr¨¢fico y traici¨®n a la revoluci¨®n supuso el punto de partida en Cuba de una campa?a de moralizaci¨®n cuyo primer objetivo fue acabar con el poco aleccionador espect¨¢culo de dirigentes comunistas gastando el dinero a manos llenas. Enviados de Fidel Castro irrumpieron en los mejores restaurantes de La Habana cuando algunos altos cuadros disfrutaban de banquetes fuera del alcance de la mayor¨ªa de los ciudadanos.
Al amparo de las corporaciones mixtas aprobadas para sanear las finanzas y dotar de tecnolog¨ªa a sus industrias, creci¨® una peculiar clase social, integrada por cubanos que representan los intereses de sus socios, comen en restaurantes ¨¢rea d¨®lar y disfrutan de veh¨ªculo, verdaderos lujos en un pa¨ªs abatido por los problemas econ¨®micos.
Recientemente, el ministro cubano de Comercio Exterior cancel¨® las oficinas de 32 empresas de este tipo, 12 de las cuales eran espa?olas. El telegrama de cierre argument¨® "escaso volumen de negocio", aunque otro objetivo fundamental no declarado fue incidir en la "profilaxis nacional" anunciada por Ra¨²l Castro, ministro de las Fuerzas Armadas.
En un encuentro con embajadores de la Comunidad Europea, Fidel Castro coment¨® que las desigualdades son m¨¢s irritantes en los pa¨ªses socialistas que en los capitalistas, y se mostr¨® dispuesto a atajarlas. Estas distinciones han sido evidentes en Cuba, con coches estatales en los estacionamientos de los cabar¨¦s o circulando hacia la playa, cl¨ªnicas exclusivas para el Ministerio del Interior, economatos de las fuerzas armadas e intercambio de prebendas entre dirigentes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.