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F. M.,Luis Rold¨¢n quiere retomar la vida que dej¨® hace siete a?os y disfrutar de su intimidad y su trabajo de ingeniero desde un cargo pol¨ªtico ajeno a los asuntos de seguridad. El director general de la Guardia Civil a?ora "peque?os placeres", imposibles en su cargo: "Ir a un partido de f¨²tbol y sentarme en una localidad corriente, dar un paseo, entrar en un bar o reirme de manera ostent¨®rea".

Rold¨¢n considera que a la Guardia Civil se la conoce de forma muy estereotipada, a trav¨¦s de los acontecimientos recientes," el 23-F y la Guerra Civil". Entiende que la cara oculta de la Guardia Civil es "ella misma", y que no tiene nada que ver la historia real con la que percibimos "porque si analizamos esa historia, hay una Guardia Civil muy distinta: cerca del 60% de la plantilla ha ingresado despu¨¦s de la muerte de Franco". Los nuevos guardias son, para Luis Rold¨¢n, consecuencia de la nueva sociedad espa?ola, muy diferentes a los que ingresaron en 1976 y mucho m¨¢s de los que entraron hace veinte a?os."Esa es la Guardia Civil", apunta Rold¨¢n, "cultural y socialmente, sin menoscabo de constancias historicas que pueda tener cualquier instituci¨®n, se va dotando de un cuerpo social que va cambiando y, l¨®gicamente, sus miembros tambi¨¦n".

Para el director general de la Guardia Civil el "tradicionalismo" de la instituci¨®n no ha impedido la incorporaci¨®n de la mujer. Rold¨¢n opina que el trabajo que prestan desde el mes de julio es muy satisfactorio "y no pod¨ªa ser de otra manera".

Seg¨²n Rold¨¢n el nuevo uso del tricornio, qua ahora no tiene que utilizar los guardias que trabajan en el medio rural, tampoco ha supuesto problemas de adaptaci¨®n: "El guardia que anda por el campo, no es que agradezca no llevar tricornio, es que trabaja mejor".