Otra vuelta de tuerca
La dimisi¨®n del primer ministro, Czeslaw Kiszczak, y la pr¨¢ctica imposibilidad (le que se forme un Gabinete dirigido por el desprestigiado l¨ªder del Partido Campesino Unificado, Roman Malinowski, propuesto por Kiszczak, situaron el lunes a Polonia en el umbral de la constituci¨®n del primer Gobierno no comunista en la Europa del Este de la posguerra.La oferta que lanz¨® ayer Walesa de aceptar que las carteras clave de Interior y Defensa recaigan en las personas (presumiblemente comunistas) que proponga Jaruzelski vuelve a dar, sin embargo, otra vuelta a la tuerca.
Desde el nombramiento de Kiszczak hace dos semanas, cada d¨ªa que pasaba demostraba con m¨¢s claridad la inviabilidad de una opci¨®n de Gobierno que no tuviera en cuenta el resultado de las elecciones de junio pasado, que reflejaron una arrolladora victoria de Solidaridad. Los reg¨ªmenes comunistas se han negado durante cuatro d¨¦cadas a celebrar elecciones realmente libres. Forzado finalmente a ello el polaco por las realidades econ¨®micas y pol¨ªticas, hoy ya no puede sustraerse a las consecuencias.
El vac¨ªo de poder creado en Polonia tras el descalabro electoral del gobernante POUP ha hecho fracasar todos los intentos de Jaruzelski de conservar el poder en manos comunistas e implicar en su pol¨ªtica a la oposici¨®n democr¨¢tica. Adem¨¢s, ha hecho desertar del bloque popular a los partidos hasta hace poco tiempo t¨ªteres del aparato comunista. Ahora, la obligaci¨®n de tomar la decisi¨®n hist¨®rica de nombrar a un miembro de Solidaridad para dirigir el Gobierno o continuar buscando f¨®rmulas para retrasar la marginaci¨®n comunista del pa¨ªs recae de nuevo sobre Jaruzelski.
Lech Walesa, el l¨ªder de Solidaridad, realiz¨® una maniobra pol¨ªtica maestra al sorprender a sus propios seguidores con la propuesta de coalici¨®n a los hasta ahora sat¨¦lites del POUP y ha recibido ya una respuesta positiva de ambos.
Los responsables de Solidaridad han reconocido, que hay dos ministerios claves que deben seguir ocupados por comunistas en el futuro pr¨®ximo para garantizar la transici¨®n: Interior y Defensa.
Ministerios claves
El ministro del Interior deber¨¢ controlar los eventuales brotes de rebeli¨®n contra el desmantelamiento del sistema. El candidato ideal volver¨ªa a ser Czeslaw Kiszczak, que puede presentar un balance positivo de los ocho a?os en que ejerci¨® el puesto.
El Ministerio de Defensa, responsable de la coordinaci¨®n militar en el Pacto de Varsovia, tambi¨¦n tiene que ser un hombre que pueda entablar contacto hoy con reg¨ªmenes claramente hostiles al proceso polaco y que no sea boicoteado por los mandos militares. Las declaraciones de un portavoz sovi¨¦tico sobre la necesidad de que Polonia tenga un Gobierno que garantice el respeto de sus alianzas va claramente en este sentido.
La propuesta de Kiszczak de presentar a Malinowski como candidato es un intento f¨²til de evitar a un primer ministro de Solidaridad. Mafinowski ha sido largo tiempo un instrumento del POUP y su falta de credibilidad arrastrana a su Gobierno al fracaso. El candidato m¨¢s citado para el cargo es Bronislaw Geremek, el historiador y asesor pol¨ªtico de Walesa, que dirigi¨® las negociaciones en la mesa redonda y ha dado numerosas pruebas de su integridad, sabidur¨ªa pol¨ªtica y mesura.
Sin embargo, tambi¨¦n podr¨ªa ser primer ministro el propio Walesa, quien, desde sus posturas m¨ªtico-religiosas y obreristas de sus tiempos de electricista en los astilleros de Gdansk, ha evolucionado hacia una solidez y responsabilidad pol¨ªtica nacional que ha vuelto a demostrar en los ¨²ltimos meses y semanas. Sea quien sea, Polonia vuelve a ser estos d¨ªas el escenario de una evoluci¨®n pol¨ªtica dram¨¢tica de consecuencias incalculables para toda la comunidad socialista y para Europa en general.
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