No hay mal que por bien no venga
A pesar de la insistencia del Real Madrid en intentar dar una imagen de todo est¨¢ bajo control -en un alarde su manager general ha llegado a decir que en ning¨²n momento hab¨ªan estado intranquilos- Petrovic ha dado el golpe de gracia cogi¨¦ndose un avi¨®n cuando todo el mundo le esperaba para entrenar. Mientras alguien que yo me s¨¦ se sube los pantalones, cabe preguntarse: ?merec¨ªa la pena la permisible postura adoptada por el club?Hagamos balance. Petrovic lleg¨® para dotar al conjunto blanco de un arma vital en el juego: el hombre resolutivo en los momentos cr¨ªticos. No s¨®lo el ataque se hab¨ªa fortalecido al m¨¢ximo, sino que la misi¨®n resolutoria reca¨ªa por derecho propio en un jugador que hab¨ªa demostrado, con creces y en las propias carnes de su nuevo equipo, su mortal capacidad. Haciendo honor a a la verdad, este cometido lo cumpli¨® como se esperaba. Y hasta la final se habl¨® del famoso s¨ªndrome.
Vayamos con los aspectos negativos. Primero y m¨¢s ostensible: la defensa. Arma vital del Real Madrid, brill¨® por su ausencia. Y causa principal de esta falta era la casi inoperancia de Petrovic en esta faceta. Incluso algunos equipos se permitieron la osad¨ªa de forzar el juego de su ataque en el hombre que era defendido por el yugoslavo. La ausencia de un base nato no favoreci¨® el contrataque y el juego del equipo se hizo m¨¢s lento. Por no hablar de la desconexi¨®n casi total entre el juego interior y exterior, que tuvo su m¨¢ximo descontrol en la final de Atenas.
Adem¨¢s, no s¨®lo de juego vive un equipo. La cabeza bic¨¦fala de mando no fue ni cabeza, ni mucho menos de mando. El entrenador, acostumbrado a un posicionamiento natural de los componentes de su conjunto, ante el embrollo formado, no supo ni pudo poner a cada uno en el sitio m¨¢s productivo.
Admitamos que es agua pasada. Viene Karl. Perfecto. Filosof¨ªa del nuevo jefe: defensa y sus consecuencias. A la ya previsible dificultad de integrar a Petrovic en un sistema desconocido para ¨¦l, se une su declarada voluntad de abandonar el equipo. Manifestada hasta el punto de ser capaz de presentar una demanda contrasu propio club. Casi nada..
Analizado todo esto, me vuelvo a preguntar: ?merec¨ªa la pena tragar lo que se ha tragado?. Creo que no. El deterioro sufrido por la entidad en general y sus responsables en particular, ha sido espectacular. Sobre todo en las personas de su presidente y su flamante manager general.
El Madrid ha perdido la jugada pero a la larga puede salir beneficiado de su error. Petrovic es un gran jugador, pero no es imprescindible. No hasta el punto de haber aguantado carros y carretas. Hay opciones menos espectaculares y morbosas, pero puede que m¨¢s efectivas y convenientes. Y as¨ª, se podr¨ªa acabar el cuento cantando todos -torero y toreados- el consabido y todosfueron felices y comieron perdices.
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