Gurruchaga le gana al fantasma de la lluvia

Orquesta Mondrag¨®n

Orquesta Mondrag¨®n: Javier Gurruchaga (voz solista), Toni Carmona (guitarra y voces), Jos¨¦ Agust¨ªn Guere?o (bajo), Steve Washington (bater¨ªa), Esteban Coll (teclados), Andrei Oleiniczack (saxo), Michelle McCain (voz) y Popotxo (actor). Las Ventas. Madrid, 8 de septiembre.

La Orquesta Mondrag¨®n de Javier Gurruchaga cerr¨® los Veranos de la Villa despu¨¦s de su accidentada recta final, en la que por diferentes motivos tuvieron que suspender sus actuaciones Miguel R¨ªos y Los Ronaldos.Ni las enfermedades ni la lluvia pudieron con Gurruchaga y su prole, que sufrieron sin embargo las consecuencias de una climatolog¨ªa inestable y de un ligero pero apreciable descenso en su poder de convocatoria: poco m¨¢s de media entrada se registr¨® en la madrile?a plaza de toros de Las Ventas, donde las aproximadamente 8.000 personas que se dieron cita disfrutaron con el buen sonido general y con la calidad de todos los miembros del grupo.

"Viaje con nosotros / a mil y un lugar", cantaba Gurruchaga en lo que se supone es declaraci¨®n de principios de una banda de rock-espect¨¢culo siempre a medio camino entre el circo, el musical y el simple rock and roll. Presentaron su ¨²ltimo elep¨¦, Una sonrisa por favor, y ofrecieron a la gente lo que ¨¦sta esperaba. Ni m¨¢s ni menos. El viaje que ofrecen es largo e intenso, pero ha perdido el inter¨¦s que supone el que las escalas y el destino sean desconocidos. La Orquesta Mondrag¨®n ya no sorprende como antes, y ¨¦ste es el ¨²nico aspecto negativo en un concierto serio y muy profesional, que satisfizo con creces las ansias de m¨²sica en directo.

Javier Gurruchaga, pelo rojo y gafas negras, sali¨® a escena en cuanto la banda interpret¨® los acordes finales de Mack the knife, y no necesit¨® demasiado tiempo para confirmar su condici¨®n de hombre-espect¨¢culo. Comunicador ¨¢gil y en¨¦rgico, cronista vers¨¢til de prodigiosa capacidad mim¨¦tica, Gurruchaga sigue siendo el mejor en su trabajo, el m¨¢s completo. Ahora cuenta con el apoyo de Michelle McCain, una inmensa, tanto vocal como f¨ªsicamente, cantante de color, que le proporciona los respiros necesarios para mantener un ritmo vivo en la totalidad del espect¨¢culo. Mientras, Popotxo aparece y desaparece con una periodicidad y un vestuario f¨¢cilmente adivinables; sigue siendo parte importante de la coreograf¨ªa del grupo, pero sus gags han perdido impacto, y su musculoso aspecto de Rambo o los violentos aspavientos con el artilugio pl¨¢stico en Mu?eca hinchable no producen el mismo divertido asombro.

Los cinco instrumentistas de la banda, impecables en todo momento, forman un supergrupo que permite que el eclecticismo siga siendo la constante en el repertorio de la Mondrag¨®n. As¨ª, el swing, el jazz, los ritmos c¨¢lidos, el rock and roll e incluso el pop demasiado comercial tienen cabida en sus conciertos.