Italia debate qu¨¦ hacer con las drogas

El problema de la droga en Italia no es tan alarmante como, por ejemplo, en Estados Unidos. Sin embargo, como se?al¨® el pasado mi¨¦rcoles el secretario del Partido Socialista Italiano (PSI), Bettino Craxi, el fen¨®meno es preocupante porque sigue aumentando el n¨²mero de v¨ªctimas mortales: de 542 en 1987 pasaron a 804 en 1988, y en lo que va de a?o han sido m¨¢s de 600 las personas que han ca¨ªdo bajo el polvo de la jeringuilla.

Sin embargo, precisamente en Italia el debate es muy encendido por lo que se refiere al vuelco que el PSI ha dado a la filosofia de la droga. Aqu¨ª exist¨ªa el principio de que una m¨®dica cantidad, permitida como porci¨®n diaria para uso propio, no se consideba un delito. Tanto en cuanto a la droga dura como a la blanda. Por su parte, es muy fuerte la campa?a del Partido Radical, que desde siempre pide la "legalizaci¨®n" de todas las drogas como ¨²nico remedio contra el gran tr¨¢fico de coca¨ªna y hero¨ªna, que est¨¢ manejado, sobre todo, por la Mafia. El partido antiprohibicionista, encabezado por el radical, Marco Taradahs, que se present¨® solo y sin medio alguno a las ¨²ltimas elecciones europeas, obtuvo m¨¢s de medio mill¨®n de votos, que le condujeron al Parlamento de Estrasburgo.Pero, tras un viaje del socialista Craxi, hace un a?o, a los Estados Unidos -donde al parecer se convirti¨® a la filosof¨ªa de la severidad- ha habido una campa?a muy fuerte de su partido para conseguir una ley que implante el principio de que "drogarse es un delito" y, por tanto, debe ser castigado por la ley. Craxi piensa que es imposible e hip¨®crita acabar con el tr¨¢fico de drogas si no se impone tambi¨¦n el principio de que usar las drogas debe ser un delito.

Curiosamente, a dicha tesis represiva se opone el sector cat¨®lico m¨¢s democr¨¢tico del pa¨ªs, que prefiere que se insista m¨¢s bien sobre la prevenci¨®n y sobre la lucha a los grandes traficantes.

El secretario general del Partido Comunista Italiano (PCI), Achille Occhetto, ha acusado a Craxi de usar "tonos de cruzada"; los radicales han llegado a hablar de "terrorismo ideol¨®gico", mientras que Democracia Proletaria ha subrayado que una ley represiva contra los drogadictos, que son las v¨ªctimas, "es el mejor regalo hecho a la Mafia".

El punto que va a desencadenar m¨¢s pol¨¦mica en el debate que comenz¨® ayer en el Senado, es el de las medidas punitivas contra los consumidores de drogas. Las normas previstas en el proyecto de ley son las siguientes. En cuanto a las drogas duras: por venta o posesi¨®n de "notable cantidad", de ocho a 20 a?os de c¨¢rcel y multas de cinco a 50 millones de pesetas; por venta 0 pgsesi¨®n de "peque?a cantidad", de dos a?os y ocho meses a seis a?os y ocho meses y multas de 1,5 a 15 millones de pesetas.

Uso personal: para los mayores de edad, suspensi¨®n de dos a, seis meses del carn¨¦ de conducir y del pasaporte, prohibici¨®n de: alejarse de la propia residencia y, si se es reincidente, obligaci¨®n de presentarse cada d¨ªa a la comisar¨ªa de polic¨ªa m¨¢s pr¨®xima.

Las medidas para las drogas, blandas son: por venta y despacho de "notable cantidad", de dos a seis meses de c¨¢rcel y multa de uno a 15 millones de pesetas. Por "peque?a cantidad", c¨¢rcel de ocho meses a dos a?os y multa de 300.000 pesetas a cinco millones.