Al recuerdo de Carmen Tagle
BALTASAR GARZ?NCarmen, quebrando en parte la promesa que te hice d¨ªas antes de su muerte, voy a hacer declaraciones, y precisamente t¨² eres la causa Nunca deben haber sido as¨ª, pero las circunstancias lo ?mponen.
Antes de tu p¨¦rdida sabes que os pregunt¨¢bamos los dos en mi despacho, entre declaraci¨®n y declaraci¨®n, si merec¨ªa la pena seguir en la brecha ejerciendo la funci¨®n jurisdiccional en la Audiencia Nacional; si nos compensaba en algo la falta de tranquilidad, la preocupaci¨®n de nuestras familias , de nuestros amigos, la falta de comprensi¨®n de algunos. Al final lleg¨¢bamos siempre a la misma conclusi¨®n, pens¨¢bamos que el esfuerzo de todos los que est¨¢bamos aqu¨ª contribu¨ªa a la consecuci¨®n de una pac¨ªfica convivencia en Espa?a, y que, aun en el supuesto de que tuvi¨¦ramos que entregarnos m¨¢s plenamente, corno t¨² lo has hecho, era necesario continuar.
Nadie conoc¨ªa tu parte humana, tu tremenda sensibilidad, tu upaci¨®n por tti- familia, por nosotros, por todos, menos por ti.
T¨² hac¨ªas las cosas sin qu¨¦ nadie apenas se enterara, porqu¨¦ as sent¨ªas. Por eso nunca mencionabas que diariamente te ocupabas de tu prima, deficiente mental; apenas callando me dec¨ªas: "Baltasar, ?ser¨ªa posible que hicieras algo para que mi hermano periodista, que trabaja en Colombia, se viniera a Espa?a?". Y ello porque estabas precupada con los sucesos que es¨¢n ocurriendo en aquella naci¨®n contra los. medios de comunicaci¨®n. Otras veces, a m¨ª o a otros compa?eros nos impon¨ªas tranquilidad. y nos exig¨ªas que tom¨¢ramos medidas de seguridad, cuando t¨² no las tomabas, porque ten¨ªa por nosotros.
Hoy, d¨ªa 15 de septiembre de 1989, despu¨¦s de que te enterramos ayer, puedo decir dos cosas; una la tremenda lecci¨®n que nos ha dado tu familia, cuando apenas dos horas antes de darte sepultura, me dec¨ªan delante de tu cuerpo inerte: "Baltasar, no tengas miedo, no tengas ning¨²n miedo; seguid adelante, hacedlo por Carmen", y cuando, instantes despu¨¦s, tu hermano Tono, en unas palabras desgarradoras, dichas a coraz¨®n abierto, nos ex?g¨ªa el perd¨®n para tus asesinos en tu nombre, porque ¨¦l y tu familia ya les hab¨ªan perdonado, comprend¨ª, y ¨¦sta es la segunda, que no queda m¨¢s remedio que seguir luchando; y no s¨®lo por ti, sin lo por todas las.'v¨ªctimas que la barbarie terrorista nos est¨¢ ¨®bligando a soportar, y a hacerlo de la ¨²nica forma que sabemos, aplicando y respetando la ley porque nosotros no utilizamos otras armas que las de un.Estado de derecho.
En cuanto a tus asesinos, ni siquiera merece la pe?a desprec¨ªarlos porque ellos mismos se desprecian y se enlodan cada vez que matan o atacan nuestra sociedad; y, desde luego, no:nos vamos a amedrentar, si esa ha sido su. intenci¨®n, porque estamos convencidos de que la raz¨®n y la ley est¨¢n de nuestra parte; y tu muerte, Carmen, nos. da ¨¢nimos para seguir. Te recordaremos siempre, Carmen.
es magistrado.
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