El desbastecimiento es el principal reto para Gorbachov, seg¨²n Elleinstein
El historiador franc¨¦s asegura que 1990 ser¨¢ el a?o clave para la 'perestroika'
Jean Elleinstein encarn¨® una de las figuras m¨¢s reputadas del ala liberal en el f¨¦rreo Partido Comunista Franc¨¦s, que abandon¨® tras de la invasi¨®n sovi¨¦tica de Afganist¨¢n. Con 62 a?os, ahora es "un independiente de izquierda" dedicado a su instituto de relaciones internacionales en Par¨ªs y a sus trabajos sobre la historia de la URSS y del comunismo. Despu¨¦s de un reciente viaje a Mosc¨² y al comprobar la absoluta carencia de bienes, no tiene la menor duda de qu¨¦ el desabastecimiento "es el principal reto para Gorbachov".
"Hace pocas semanas me detuve perplejo ante un gran almac¨¦n de calzados de Mosc¨² con las estanterias vac¨ªas, escuch¨¦ entonces el siguiente comentario: 'Esto es lo que trae la perestroika, la nada". Para el historiador franc¨¦s, miembro de una familia polaca de origen jud¨ªo que emigr¨® a Francia a finales del siglo pasado, el desabastecimiento es el principal problema que encara el reformismo de Gorbachov, mayor incluso que el que puede generar la explosi¨®n nacionalista o las reticencias militares por el desarme.Elleinstein aduce que se puede hablar de "una par¨¢lisis actual en todo el territorio sovi¨¦tico" y especifica que los principales enemigos de Gorbachov son "quienes boicotean las reformas econ¨®micas y aquellos otros que impiden el funcionamiento de la Administraci¨®n". Agrega que "hay un cierto boicoteo insconsciente, incluido el de aquellos miembros del aparato nombrados no hace mucho, pero que se sienten superados por la evoluci¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica en la URSS y tienen miedo de perder su posici¨®n"."El a?o pr¨®ximo" agrega Elleinstein, "ser¨¢ el momento clave para saber si Gorbachov puede o no llevar adelante la pol¨ªtica de reformas. Ahora mismo no le es f¨¢cil realizar los cambios necesarios y que no pueden postergarse indefinidamente. Para ello debe controlar completamente el aparato del partido y crear una nueva Administraci¨®n que, a partir de 1990, cumpla a rajatabla sus ¨®rdenes".
Dos tipos de nacionalismos
Para Elleinstein la explosi¨®n de los nacionalismos en la URSS y el consiguiente peligro para la perestroika es un problema secundario. "Con los diversos nacionalismos, que ahora se manifiestan al levantarse paulatinamente la mordaza del estalinismo, Gorbachov puede llegar a un entendimiento". Y el historiador franc¨¦s a?ade que "hay dos tipos de nacionalismos en la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Primero, el que se enfrenta al poder central. Este tipo es el que menos preocupa al reformismo sovi¨¦tico, porque se trata de un forcejeo hasta alcanzar un compromiso pol¨ªtico , como ocurre con los Estados b¨¢lticos. En segundo lugar est¨¢n los nacionalismos que pugnan entre s¨ª, cual es el caso del Asia sovi¨¦tica. Este aspecto tiene una soluci¨®n m¨¢s dif¨ªcil, por cuanto el poder central no es una parte directamente implicada".Luego est¨¢n los militares de la URSS, que asisten "no de muy buena gana" a la carrera desarmamentista entre las dos superpotencias. "Los jefes militares sovi¨¦ticos", dice Elleinstein, "pueden aceptar la reducci¨®n de armamentos, pero hasta un l¨ªmite: la propia seguridad de la URSS".
La definici¨®n de ese l¨ªmite en estos momentos "es algo dificil, porque el propio desarme crea nuevos conceptos sobre la seguridad nacional. Ahora, pongamos por caso, no tiene raz¨®n de ser que la URSS mantenga su cord¨®n sanitario de la Europa del Este. El tema es fundamentalmente pol¨ªtico y como tal lo aceptan los militares".
Respecto a los l¨ªmites del reformismo de Gorbachov considera que "no son otros que la disoluci¨®n de la URSS", dice Elleinstein. "La perestroika no puede autolimitarse porque la reforma tiene su propia din¨¢mica. Gorbachov sabe que no puede haber reformismo econ¨®mico en la URSS si no est¨¢ acompa?ado de cambios pol¨ªticos. Precisamente la falta de una evoluci¨®n pol¨ªtica impidi¨® el ¨¦xito de la reforma econ¨®mica de Alexei Kosiguin en la d¨¦cada de los sesenta". El fin pol¨ªtico de Gorbachov es "una democratizaci¨®n parecida a la nuestra pero no exactamente igual, lo que requiere un per¨ªodo de transici¨®n muy dif¨ªcil de predecir, tal vez 15 o 20 a?os".
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