Siemens, demandada por 'explotaci¨®n' durante la guerra
Siete ciudadanas de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA) que fueron obligadas durante la II Guerra Mundial a efectuar trabajos forzados para la Siemens han demandado a esta empresa, que ocupa el segundo lugar en la clasificaci¨®n industrial del pa¨ªs. El caso tiene m¨²ltiples implicaciones, tanto por el precedente que crear¨ªa en caso de que fuera ganado como por el hecho de que la de manda ata?e a problemas de gran actualidad.
La doctrina establecida hasta el momento para con los cerca de 700.000 polacos que fueron utilizados en trabajos forzados, se remite a la inexistencia de un tratado de paz para eludir el pago de compensaciones, la misma premisa que sirve a una cierta derecha revanchista para considerar a¨²n v¨¢lidas las fronteras del Reich de 1937.En 1942 las siete demandantes estaban internadas en el campo de concentraci¨®n de Ravensbruck, a unos 150 kil¨®metros al norte de Berl¨ªn, cuando la compa?¨ªa Siemens instal¨® una factor¨ªa junto al campo, al tiempo que establec¨ªa un contrato con las Schutzstaeffel -las tropas de elite hitlerianas m¨¢s conocidas por SS- por el que la empresa dispon¨ªa de trabajadores forzados destinados a la fabricaci¨®n de las bombas volantes V-2 utilizadas contra Gran Breta?a.
El m¨ªnimo salario que pagaba Siemens iba a las SS y los trabajadores ten¨ªan jornadas de 16 horas en condiciones de esclavitud. Dos de estas mujeres, que se hallaban presentes en la conferencia de prensa que dio su abogado, Jorg Lobach, para anunciar la interposici¨®n de la demanda, no pudieron reprimir sus l¨¢grimas cuando contaban las atrocidades a las que fueron sometidas en la f¨¢brica Siemens de Revensbruck.
Lobach indic¨® que el objetivo es conseguir una indemnizaci¨®n alegando que con la utilizaci¨®n de trabajo forzado, Siemens "se enriqueci¨® injustificadamente", y por ello exige el salario "retenido", unos 64.000 marcos por persona (unos cuatro millones de pesetas).
Seg¨²n el abogado, que trabaja por cuenta de Aktion Suhnezeichen (Acciones de Expiaci¨®n), una organizaci¨®n que tiene su origen en la resistencia contra el nazismo, y sus bases en la Iglesia protestante, si todas las personas que fueron sometidas a trabajos forzados reclamaran indemnizaciones parecidas, la cifra total que deber¨ªan pagar las industrias beneficiadas ser¨ªa de unos 100.000millones de marcos, (m¨¢s de seis billones de pesetas).
La respuesta del Gobierno de la RFA ha sido hasta ahora la misma que le sirve para no admitir las fronteras nacidas de la derrota de 1945, la l¨ªnea de los r¨ªos Oder y Neisse. Dado que no hay tratado de paz, dice el tribunal de Karlsruhe, la situaci¨®n jur¨ªdica es la misma que en 1937. La inexistencia de ese ya imposible tratado sirve tambi¨¦n para aplazar cualquier reclamaci¨®n de este tipo proveniente de s¨²bditos extranjeros, entre ellos 700.000 polacos. Para los ciudadanos alemanes occidentales, sin embargo, el Gobierno considera que su reclamaci¨®n ya ha caducado.
La oposici¨®n socialdem¨®crata y verde ha exigido la formaci¨®n de una fundaci¨®n destinada a indemnizar "simb¨®licamente" a todos los que fueron sometidos a trabajos forzados.
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