Mark Spitz
El regreso del hombre-pez
Mark Spitz, el nadador estadounidense que asombr¨® al mundo al ganar un total de nueve medallas de oro en los Juegos Ol¨ªmpicos de Mexico 68 y M¨²nich 72, ha anunciado que regresa a la competici¨®n. Su objetivo es Barcelona 92. Spitz, considerado como el mejor nadador de la historia, tiene actualmente 39 a?os y, seg¨²n ha reconocido, ya s¨®lo piensa en a?adir una nueva medalla de oro a su colecci¨®n. Para ello est¨¢ siguiendo un exhaustivo entrenamiento en Los ?ngeles, donde vive con su mujer y su hijo.Diecisiete a?os despu¨¦s de su hist¨®rica participaci¨®n en los Juegos de M¨²nich, donde consigui¨® siete oros, Spitz ha comenzado a nadar de nuevo contra el cron¨®metro. Si consigue superar las competiciones eliminatorias de Estados Unidos estar¨¢ en Barcelona. El deportista se ha declarado convencido de que puede intentar esta proeza porque est¨¢ preparado para el triunfo y para el fracaso, aunque confiesa que ¨ªntimamente cree que tiene muchas posibilidades de ¨¦xito. "S¨®lo tengo que nadar unas 29.000 millas para conseguir mi objetivo, y creo que voy a conseguirlo", ha declarado el campe¨®n a The Washington Post."Puedo ganar mi d¨¦cima medalla si logro meterme en la final de 100 mariposa de Barcelona", ha confesado. Spitz decidi¨® regresar a la competici¨®n cuando descubri¨® que su marca de M¨²nich en 100 metros mariposa a¨²n hubiera conseguido un resultado positivo en la final ol¨ªmpica de Se¨²l 88. Su marca en los 100 metros mariposa de M¨²nich le hubiera colocado en la octava posici¨®n de Se¨²l. Hay que tener en cuenta que Spitz nad¨® la final de 1972 despu¨¦s de haber participado en siete carreras extenuantes, cuatro clasificatorias y tres finales, donde rompi¨® la plusmarca mundial y se enfund¨® el oro.
"Nunca sabremos qu¨¦ marca hubiera conseguido en aquella final de los 100 mariposa si hubiera estado relajado", explica Spitz, quien considera muy importante que su crono de M¨²nich a¨²n le hubiera aportado el bronce de Los ?ngeles 84. Barcelona 92 es mucho m¨¢s que un sue?o y Spitz deber¨¢ trabajar contra las nuevas generaciones de hombres-peces estadounidenses.Spitz se dedica ahora a los negocios inmobiliarios, adem¨¢s de ganar mucho dinero con la promoci¨®n de art¨ªculos deportivos. Su imagen con el torso cubierto por siete medallas ol¨ªmpicas a¨²n vende en este pa¨ªs, donde se le considera como el atleta individual m¨¢s grande de la historia ol¨ªmpica norteamericana, muy por delante de Jesse Oweris o el mism¨ªsimo Carl Lewis.Casado, con un hijo de ocho a?os y con la vida resuelta, Spitz s¨®lo piensa ahora en volver a la piscina para competir. Lo m¨¢s importante de su regreso es que no teme que le llamen abuelo cuando se quite el albornoz y se disponga a competir. Los especialistas deportivos le han tomado en serio porque saben que Spitz no bromea y sigue estando en plena forma. Pero el hecho fundamental es que consideran que Spitz es lo suficientemente inteligente y rico co,no para no cometer la tonter¨ªa de destruir esa imagen de gloria con la que vivir¨¢ el resto de sus d¨ªas.
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