El Madrid logr¨® su mayor diferencia a costa de un Barcelona an¨¦mico
Es curioso observar c¨®mo las circunstancias modifican el papel de algunos protagonistas. Mientras el Barcelona intenta hacer virtud de la paciencia, el Real Madrid maldisimula sus urgencias. Uno puede esperar tiempos mejores resguardado bajo el paraguas de tres t¨ªtulos consecutivos. El otro, no puede soportar la idea de un cuarto fracaso. El Madrid logr¨® ayer, frente a su gran rival, su victoria m¨¢s amplia en lo que va de campeonato, en un partido sobre el que, por momentos, se cerni¨® el fantasma de la cuesti¨®n arbitral, a¨²n pendiente de la pasada Liga.Los colegiados estuvieron a punto de empa?ar un partido que no estaba destinado a ofrecer grandes momentos de espect¨¢culo. Tanto fue as¨ª que el p¨²blico empez¨® a pensar que el Madrid jugaba contra la pareja de colegiados y no contra el Barcelona, convertido en algunos instantes en mero espectador. Los jugadores del Barcelona apenas hilvanaban jugada y se ve¨ªan obligados a cumplir rigurosamente las decisiones de los ¨¢rbitros. A falta de dos minutos para el descanso, el balance de las personales se?alaba un 12-3 favorable al Barcelona; el p¨²blico sacaba pa?uelos blancos y la tensi¨®n ambiental amenazaba esc¨¢ndalo.
Pero el partido estaba tan descompensado que la cuesti¨®n arbitral termin¨® alcanzando un nivel muy secundario. El Barcelona iba camino de su cuarta derrota y no atisbaba posibilidades de impedirlo. Es un equipo an¨¦mico, al que le falta la purasangre de Epi y es tambi¨¦n un equipo paciente, sabedor por experiencia de que el sistema de competici¨®n permite esperar a que escampe. Sin embargo, si la lesi¨®n de Trumbo termina siendo grave, la capacidad de recuperaci¨®n del Barcelona puede quedar en entredicho.
A pesar del acoso arbitral, el Madrid lleg¨® al descanso con m¨¢s ventaja de la que se?alaba el marcador (43-33). Efectivamente, de los 33 tantos obtenidos por los azulgranas, 14 fueron producto de tiros libres. Es decir, el Barcelona hizo 9 canastas por 20 del Madrid, captur¨® 7 rebotes por 17 del Madrid. Para su desgracia, cuando los colegiados intentaron compensar, las personales se cernieron sobre Norris, que qued¨® pr¨¢cticamente incapacitado durante toda la segunda parte. El Barcelona se convirti¨® entonces en un equipo esc¨¦ptico y busc¨® acortar al final la diferencia del marcador por aquello del basketaverage.
El Madrid sigui¨® empe?ado en su ejercicio defensivo, del que obtuvo algunas rachas de gran elocuencia, como cuando lleg¨® a anular cinco ataques consecutivos del Barcelona. En ciertos momentos, la canasta madridista se antoj¨® inexpugnable y las secuelas de su esp¨ªritu defensivo alcanzaron a la lucha por el rebote, en la que cualquier aspirante azulgrana a tomar posesi¨®n del bal¨®n se encontraba con la feroz oposici¨®n de hasta tres rivales. Si se tiene en cuenta que Epi se encuentra en el taller de reparaci¨®n y que Thompson parece el sustituto de Sibilio en sus malos momentos, las posibilidades del ataque azulgrana eran m¨ªnimas.
Todos estos factores fraguaron en una c¨®moda ventaja local, cercana a los 20 tantos (71-55) que hizo del final un acto rutinario. Todo qued¨® tan dilu¨ªdo que el partido adquiri¨® un tono de mediocridad impropio de los protagonistas. No es f¨¢cil adivinar qui¨¦n llegar¨¢ mejor al momento preciso, pero los papeles, desde luego, est¨¢n perfectamente repartidos: el Bar?a se ha instalado en la paciencia y el Madrid tiene prisa.
Copa, del Rey: Estudiantes, 80; Grupo IFA, 86. Mayoral, 90; Taugr¨¦s, 96. Pamesa, 83; CAI, 72. Valvi, 91; Caja San Fernando, 81. Breog¨¢n, 82; Caja Ronda, 83 y Joventut, 93; Cajabilbao, 83. Clasificados (junto a Madrid y Barcelona): Taugr¨¦s, Grupo IFA, Valvi, CAI, Breog¨¢n y Joventut.
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