Cuatro condenados del IRA ser¨¢n liberados tras 14 a?os en prisi¨®n por error judicial
Cuatro condenados a cadena perpetua hace 14 a?os como autores de tres atentados del IRA que produjeron siete muertos y 89 heridos van a ser puestos en libertad, despu¨¦s de que la fiscal¨ªa brit¨¢nica haya decidido, de forma sorprendente e inesperada, que no hay motivos para mantener la pena. La decisi¨®n ser¨¢ tomada ma?ana por un tribunal de apelaci¨®n en Londres.
Es la primera en la que se reconoce que el fiscal se ha equivocado en un juicio sobre el IRA y pone fin a una campa?a a favor de los detenidos, que ha contado con una pl¨¦yade de figuras de la vida p¨²blica brit¨¢nica. Las consecuencias pol¨ªticas del caso van a colear durante mucho tiempo.En octubre de 1974, los concurridos pubs Horse and Groom y Seven Stars, de Guildford, saltaron por los aires. La explosi¨®n provoc¨® en el primero cinco muertos y decenas de heridos. Un mes m¨¢s tarde, en Woolwich, al este de Londres, otras dos personas perd¨ªan la vida en una acci¨®n similar contra el King's Arms. Los tres eran locales frecuentados por soldados.
La polic¨ªa, acuciada por la presi¨®n popular contra la oleada de atentados terroristas de la ¨¦poca en Inglaterra, inici¨® una fren¨¦tica b¨²squeda de los responsables y al poco detuvo a Paul Hill, un joven de Belfast de 20 a?os y con antiguas conexiones marginales con el IRA, aunque particip¨® en el asesinato de un informador policial (lo que podr¨ªa dificultar su inmediata liberaci¨®n). Hill firm¨® seis declaraciones en las que se responsabilizaba de los atentados y denunciaba como c¨®mplices al ladronzuelo Gerard Conlon y a los drogadictos Patrick Armstrong y Carole Richardson, novia del anterior, de 17 a?os. Las caracter¨ªsticas de los cuatro de Guilfrord les hac¨ªan irreconocibles como un comando del IRA.
El juicio y la subsiguiente condena de 1975 se basaron no en pruebas irrefutables y en declaraciones de testigos, sino en esas autoinculpaciones ante la polic¨ªa, de las que los acusados se desdijeron ante el juez.
El pasado mes de enero, el ministro del Interior, Douglas Hurd, orden¨® una revisi¨®n del caso al comprobarse que Richardson hizo su declaraci¨®n bajo el efecto de drogas y que hab¨ªan aparecido dos testigos que proporcionaban coartadas para Hill y Richardson.
Para entonces, ya hac¨ªa tiempo que al frente de la campa?a a favor de los detenidos hab¨ªa figuras como los primados cat¨®lico, Basil Hume, y anglicano, Robert Runcie.
Ayer no trascendieron cu¨¢les son los motivos exactos que han "llevado al director of public prosecutions [un alto funcionario independiente que analiza los fundamentos de las acusaciones] a concluir que ser¨ªa un error que la Corona intentase mantener las condenas". Ma?ana los dar¨¢ a conocer un tribunal de apelaci¨®n.
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