Despedida por todo lo bajo
Termin¨® la temporada, y no solo la temporada: termin¨® tambi¨¦n el contrato de la Comunidad de Madrid con Toros Madrid SA -cuyo consejero delegado es Manuel Chopera para la explotaci¨®n de Las Ventas. Cualquiera habr¨ªa podido pensar que, para tan solemne ocasi¨®n, la empresa programar¨ªa una corrida por todo lo alto, con buenos toreros, toros de los que llaman "de garant¨ªa", precios asequibles o, en su defecto, repartir¨ªa globos, o algo as¨ª, para que hubiese alegr¨ªa, fiesta grande y el p¨²blico se marchara contento. Pues no: lo que program¨® la empresa para tan solemne ocasi¨®n fue una corrida por todo lo bajo, con toreros sin cartel, toros sin embestida, y para el p¨²blico, morcilla (de la otra), con la colaboraci¨®n especial del presidente, que se llama el se?or Tejero.De cualquier forma casi nadie se llam¨® a enga?o, pues este tipo de espect¨¢culos, este trato al p¨²blico con la colaboraci¨®n especial de ciertos presidentes, han sido la t¨®nica de las ¨²ltimas temporadas en Las Ventas (media docena de a?os o as¨ª). De manera que un final por todo lo alto habr¨ªa podido equivocar a quienes estaban ayer en la plaza por primera vez en su vida -por ejemplo, un autob¨²s de argentinos-, y hacerles creer que la afici¨®n vente?a se lo pasa en grande. Mejor, entonces, por todo lo bajo: ten¨ªa su lado positivo y estrib¨® en que era real como la vida misma.
Cobaleda / Carretero, Rivera, Galindo
Cinco toros de S¨¢nchez Cobaleda, con trap¨ªo, flojos, varios inv¨¢lidos, y de feo estilo en general, salvo el 4?; 6?,sobrero del conde de Cabral, con trap¨ªo, inv¨¢lido. Jos¨¦ Antonio Carretero: tres pinchazos, estocada corta descaradamente baja y descabello (silencio); pinchazo, metisaca baj¨ªsimo y media estocada ca¨ªda (ovaci¨®n y tambi¨¦n pitos cuando saluda). Juan Rivera: pinchazo estocada atravesada y descabello (silencio); dos pinchazos y estocada (silencio). Ra¨²l Galindo: estocada ladeada perdiendo la muleta y siete descabellos (algunas palmas y tambi¨¦n protestas cuando saluda); pinchazo hondo ladeado, pinchazo y tres descabellos; la presidencia le perdon¨® un aviso.Se guard¨® un minuto de silencio en memoria del presidente Juan Font, recientemente fallecido. Plaza de Las Ventas, 22 de octubre.
Conviene matizar, de todos modos, que cualquiera de los tres diestros de ayer ten¨ªa su puesto merecido en una corrida en Las Ventas, pues si no han cuajado hasta ahorita mismo, alg¨²n d¨ªa cuajar¨¢n. Los tres juntos, en cambio, ya es otra cosa. Los tres juntos formaban un cartel que invitaba a la afici¨®n a irse al cine. Y as¨ª hizo la afici¨®n, en buena parte. Otra parte compareci¨®, y soport¨® en beat¨ªfico silencio el rollo de los toros que no embest¨ªan y de los toreros limpios de ideas, incluso cuando a uno de aquellos toros, quiz¨¢ por casualidad, le dio por embestir bien.
Toros inv¨¢lidos
Sin embargo ya no pudo soportar la afici¨®n en bet¨ªfico silencio que los toros estuvieran adem¨¢s inv¨¢lidos, y protest¨® varios de ellos. El presidente que se llama el se?or Tejero no hac¨ªa el menor caso, ni reaccion¨® cuando un aficionado con voz de tenor le grit¨® que es el limpiabotas de Chopera. S¨®lo accedi¨® a cambiar el sexto toro, y aunque el sobrero result¨® tan inv¨¢lido como el titular, ya no lo devolvi¨®. Faltar¨ªa m¨¢s. Con la cantidad de cuartos que vale un toro.De todos los Cobaleda, el ¨²nico Cobaleda qu¨ªmicamente puro result¨® ser el grand¨®n que salt¨® a la arena en cuarto lugar porque luc¨ªa pelaje berrendo bragao lucero calcetero. Por calcetero, precisamente, m¨¢s Cobaleda: patas-blancas les llaman a los Cobaleda, y ese las ten¨ªa, desde el codillo a la pezu?a, igualito que la nieve. Para dejar bien a la divisa, hasta se comport¨® pastue?o. Jos¨¦ Antonio Carretero, que en el primero hab¨ªa estado francamente mal, sin templar ni acoplarse con la embestida manejable, en ¨¦ste lleg¨® a estar francamente bien, cuando lig¨® tres tandas de redondos largos y suaves. S¨ª, les faltaba la chispa del arte, pero aportaba buena t¨¦cnica para componer las suertes y eso bast¨®. El toro iba con la cara un poquito arriba por el pit¨®n izquierdo y en los naturales no se confi¨® nada Carretero. Volvi¨® a los redondos y ya no le salieron ni reunidos ni rematados. Mat¨® fatal. Banderille¨® por el estilo. Un triunfo tuvo ayer en la mano Jos¨¦ Antonio Carretero y lo dej¨® escapar.
Los primeros toros de Juan Rivera y Ra¨²l Galindo eran inciertos -con el consiguiente peligro- y los trastearon decorosamente. Sus segundos toros estaban inv¨¢lidos y se les ven¨ªan abajo en cuanto les obligaban a humillar con la muletilla. En el ¨²ltimo, de ovejuno conformar, Galindo, despu¨¦s de dar un sainete con las banderillas, peg¨® demasiados pases y lleg¨® a ponerse pesad¨ªsimo. La gente le ped¨ªa que acabara de una vez, por favor. "?Por favor, acabe ya.'", le ped¨ªa la gente. Lo que falt¨®, para que p¨²blico en general, afici¨®n en particular y un autob¨²s de argentinos salieran de all¨ª hartos.
Don Mariano no se march¨® esta vez a torear por las callejuelas del barrio a la luz de un farol. Don Mariano se march¨® al centro, a ponerle una vela al Cristo de Medinaceli, para que, gane quien gane el concurso de Las Ventas (hoy empieza la cuenta atr¨¢s), lo de ayer y de tantas otras tardes no se vuelva a repetir. Es decir: que sea imposible de toda imposibilidad.
Babelia
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