Crudo

El se?or Aznar, candidato a la jefatura del Gobierno por el Partido Popular, est¨¢ crudo. Esta es la opini¨®n de don Txiki Benegas, sinceramente expresada en un mitin en Tarragona, con el prop¨®sito, supongo, de que el se?or Aznar sea devuelto a la cocina y alcance ese punto justo en el que un candidato est¨¢ jugoso por dentro, pero tostado por fuera. No hay que aplicar en este caso el an¨¢lisis etimol¨®gico de crudo, que viene de cruor (sangre) y, m¨¢s directarnente, de crudus (que sangra), porque, al pensar en el se?or Aznar, don Txiki no ha pretendido otra crueldad que imagin¨¢rselo como un chulet¨®n o como un ternasco; el uno y el otro, poco hechos.Pero, sin apartarnos de las referencias culinarias, me aterra que el se?or Txiki vaya por la vida dividiendo a los seres humanos en crudos y cocidos parapetado tras las dioptr¨ªas, que le conceden un aspecto bondadoso, de adolescente al que le han regalado el quehacer de portavoz del pensamiento de un partido. Alguna autonom¨ªa personal habr¨¢ que reservarle para no llegar a la conclusi¨®n y al temor de que todo un colectivo campa por el paisaje dividi¨¦ndonos en crudos y cocidos. "Marchando uno del pep¨¦ poco hecho. Un secretario de UGT vuelta y vuelta. Tr¨¢nsfuga estalinista a la parrilla, saignant". La propuesta can¨ªbal deja de serlo cuando la cultura interviene y pone en maceraci¨®n a la bestia. Si el se?or Benegas hubiera dicho: "A Aznar hay que ponerle un poco m¨¢s de hierbas arom¨¢ticas", o bien "al se?or Aznar le falta un punto de jengibre", nos habr¨ªa informado igualmente de sus intenciones, pero sin agredir nuestra imaginaci¨®n.

Desatada ya la imaginaci¨®n del can¨ªbal falsamente adolescente, si en vez de tratar de comerse a Aznar a la parrilla, don Txiki lo hubiera cortado a l¨¢minas y con el h¨ªgado bien picado introducido como farsa de un pastel de hojaldre, lo crudo o lo cocido habr¨ªan dejado de oponerse, superados por la s¨ªntesis de lo cocinado hasta la ocultaci¨®n.