C¨®mo ganar en el hip¨®dromo con la ayuda de ultrasonidos

Ren¨¦ Black, convicto en el caso de un alijo de coca¨ªna peruana valorado en casi 3.000 millones de pesetas, necesitaba convertir en dinero legal el procedente de la venta de la droga y encontr¨® en Laming un socio perfecto.La idea era apostar en los caballos y modificar el curso natural de la carrera hasta que se ajustara a lo que ¨¦l necesitaba. Laming, un hombre mafioso de 49 a?os, estaba trabajando en un sistema de emisi¨®n de ultrasonidos que podr¨ªa ser muy ¨²til y Black invirti¨® 10.000 libras (casi 1,9 millones de pesetas) en el proyecto. "Intento estar al tanto de los descubrimientos mediante revistas cient¨ªficas", dice Laming, sentado estos d¨ªas en el banquillo de los acusados como c¨®mplice de los traficantes; "toda la informaci¨®n sobre ultrasonidos la he sacado de la Enciclopedia Brit¨¢nica".

El instrumento que, finalmente, consigui¨® Laming parec¨ªa unos prism¨¢ticos convencionales. De cerca se ve¨ªa que les faltaban los cristales y que en el tubo hab¨ªa algo semejante a las h¨¦lices de un motor de reactor en miniatura. La primera prueba del invento se realiz¨® en Ascot, en el conocido como Ladies Day, jornada en la que el espect¨¢culo est¨¢ m¨¢s en las tribunas y en los sombreros con que se adornan las damas que en lo que ocurre en la pista. Al paso de los caballos a una distancia de unos 17 metros, Robert Laming, hermano del inventor, apret¨® un peque?o bot¨®n y desde los prism¨¢ticos sali¨® un sonido inaudible para los humanos, pero aterrador para el caballo al que apuntaba. "Me imagino que, con s¨®lo apretar durante una fracci¨®n de segundo, el caballo tiene la sensaci¨®n de que le ha entrado una avispa en la oreja", dice Leming. M¨¢s apropiado ser¨ªa decir que el caballo es atacado por un agud¨ªsimo chirrido.

La prueba del invento fue satisfactoria y se acord¨® volverlo a emplear al cabo de un tiempo prudencial en un hip¨®dromo m¨¢s modesto, aunque Black estaba muy entusiamado y quer¨ªa usarlo enseguida. Poco antes de que se pusiera en pr¨¢ctica por segunda vez en Lingfield, Laming fue detenido en el curso de una operaci¨®n antidroga y el plan qued¨® descubierto.

El inventor niega cualquier implicaci¨®n en las actividades de Black y otros traficantes detenidos, as¨ª como conocer nada de los 501 gramos de coca¨ªna que le fueron ocupados cuando fue detenido, y se limita a reconocer con orgullo la paternidad de su invento. La defensa intenta desviar la culpabilidad de su cliente del mundo de las drogas al de la h¨ªpica. "Era un compl¨® para socavar todo el sistema de las apuestas en el pa¨ªs mediante el uso de con una pistola ultras¨®nica t¨¦cnicamente brillante", dice el defensor, Jonathan Goldberg.

La vista sigue y el ego satisfecho de Laming espera la sentencia para finales del presente mes. Durante una buena temporada, s¨®lo va a ver las carreras de caballos por la televisi¨®n.

?Un 'flash'?

El yoquei Greville Starkey tiene a sus espaldas 49 a?os y 14.000 carreras. As¨ª que sabe lo que dice cuando a la pregunta de si algo le pod¨ªa arrebatar la victoria en el luminoso Ladies Day de Ascot en 1988 responde: "Nada. Hubiera ganado por cinco o seis cuerpos". Lo que rob¨® los laureles a Starkey e Ile de Chypre fueron las malas artes de Black, otro antiguo jinete, de 34 a?os, especializado en saltos.

Starkey hab¨ªa montado muchas veces a Ile de Chypre y le concept¨²a como un buen caballo. Aquel d¨ªa le sorprendi¨® la reacci¨®n del animal y mucho m¨¢s que se desviara hacia el lado en que recib¨ªa el l¨¢tigo: nunca le hab¨ªa ocurrido nada parecido. Lo ¨²nico que pudo pensar es que se hab¨ªa asustado por el flash de alguna c¨¢mara.