Contenci¨®n y prodigio

Todo cuanto hace el Modern Jazz Quartet es bello y acudir a cualquiera de sus conciertos es asistir a una celebraci¨®n de la belleza. Poco espacio para la sorpresa, pero no debe olvidarse que, en su caso, la gran sorpresa es que podamos seguir escuch¨¢ndolos. Muchos de los que asistimos a sus conciertos a¨²n no hab¨ªamos nacido cuando los mismos cuatro componentes constituyeron hace 36 a?os la formaci¨®n del grupo.John Lewis naci¨® 10 a?os antes de Clifford Brown; Milt Jackson y Percy Heath, el mismo a?o que Fats Navarro; y Connye Kay, un a?o despu¨¦s que John Coltrane. Brown muri¨® con 25 a?os, Navarro con 26, Coltrane, con 40, y los cuatro miembros del Modern Jazz Quartet hoy suman 263 a?os. Valga este estir¨®n de cifras y de tiempo para respetar la dimensi¨®n del cuarteto, un organismo vivo, un justo auto-homenaje, tambi¨¦n, y all¨ª precisamente donde se hizo de la contenci¨®n un arte prodigioso.

Hacer jazz a partir de estructuras musicales europeas fue la apuesta de este cuarteto desde su principio y pasados los a?os, m¨¢s que el liderazgo de una escuela, la llamada tercera corriente, queda el monumento sonoro que es el grupo desde su fundaci¨®n hasta hoy. Y eso es lo que el Modern, Jazz Quart¨¦t pone en pie en cada escenario: su sonido y un ensamblaje por el que su m¨²sica no puede entenderse sin la contribuci¨®n de cada uno de sus elementos en cada momento; y cada uno de sus miembros sacrifica mucho de s¨ª mismo para servir al esp¨ªritu del grupo, la contenci¨®n. Milt Jackson, a quien en Madrid hemos visto sacudir las masas como persiguiendo enemigos -por una cuesti¨®n de liderazgo con Monty Alexander. John Lewis, que siempre ha sabido tocar el blues como si la sala estuviera llena de humo y ning¨²n smoking. Connye Kay eleva el volumen de la bater¨ªa una sola vez, en un rato afortunado de Jackson. El contrabajista Percy Heath, que en su perpetua sonrisa resume el hecho de que todo vale la pena para hacer la m¨²sica del Modern Jazz Quartet, banda de la que estos caballeros no parecen ya miembros sino pose¨ªdos de su esp¨ªritu.

Temario muy cercano a su anterior concierto en el Teatro Real: homenajes a Ellington, a la ciudad de Dubrovnick, los malos pasajes de banda sonora para pel¨ªcula francesa -en exceso descriptivistas-, una segunda parte en ascenso sobre la primera y Django para el bis; un tema que han interpretado unas miles de veces y sigue siendo una sorprendente oportunidad poder escucharlo en concierto.