Un polic¨ªa jubilado implica al Opus en un presunto intento de golpe en B¨¦lgica

Nueve miembros del Opus Dei estuvieron implicados en un intento de golpe de Estado en B¨¦lgica, planificado a finales de 1985 y principios de 1986, seg¨²n las declaraciones de un polic¨ªa jubilado, Guy Dussart, ante la comisi¨®n parlamentaria de investigaci¨®n sobre bandidismo y terrorismo. Fuientes del Opus Dei en B¨¦lgica han desmentido rotundamente cualquier relaci¨®n de la organizaci¨®n religiosa en el supuesto compl¨®.

Las declaraciones vienen a complicar una investigaci¨®n que se arrastra desde hace a?os para intentar desvelar un pretendido plan de conspiraci¨®n para desestabilizar la capital de Europa, sede de la OTAN y la CE.El polic¨ªa Dussart, de 57 a?os, prest¨® sus servicios en la comisar¨ªa de Wavre (B¨¦lgica) antes de acogerse a la jubilaci¨®n anticipada en diciembre de 1987 por "las amenazas recibidas", seg¨²n confesi¨®n propia. Ante la comisi¨®n parlamentaria acus¨®, sin dar nombres, a jueces y polic¨ªas de Nivelles de fugas de informaci¨®n, de informes desaparecidos y de ¨®rdenes no ejecutadas.

Afirm¨® asimismo haber recibido la confidencia por parte de dos miembros de la nobleza, escudados en el anonimato, de un proyecto de golpe de Estado preparado por nueve miembros del Opus Dei. A ra¨ªz del soplo, Dussart vigil¨® una docena de veces, entre finales de 1985 y principios de, 1986, el priorato de Dondelberg, situado cerca de la localidad de Joeloigne, un lugar donde se celebraban reuniones de miembros del Opus. No aport¨® m¨¢s precisiones, salvo los motivos que, a ra¨ªz de esta investigaci¨®n, precipitaron su retirada de la profesi¨®n.

Las declaraciones vienen a alimentar la teor¨ªa del compl¨® del que presuntamente, desde 1981 a 1987, fue escenario B¨¦lgica. Los ribetes afectan a la extrema derecha, a una organizaci¨®n izquierdista -las C¨¦lulas Comunistas Combatientes (CCC).- y a una banda jam¨¢s identificada, bautizada como los asesinos locos de Brabante, que entre agosto de 1982 y 1985 cometi¨® 28 asesinatos. El juicio celebrado entre enero y mayo de 1988 concluy¨® por falta de pruebas contra los presuntos culpables de numerosos atentados mortales en supermercados, cuyo objetivo no era el robo, sino seimbrar el terror.