Los namibios eligen a los protagonistas de la transici¨®n a la independencia
Como un ej¨¦rcito disciplinado, en silencio y (con botellas de agua y refrescos en las manos para hacer frente a un sol de justicia, la poblaci¨®n namibia form¨® ayer colas kilom¨¦tricas en torno a los colegios electorales. La desinformaci¨®n fue la ¨²nica guerra que jugaron las partes interesadas en la contienda electoral, que por primera vez se celebra en este territorio con la participaci¨®n de 10 formaciones pol¨ªticas y que decidir¨¢ la conformaci¨®n del Gobierno de la futura Namibia, que proclamar¨¢ su independencia de Sur¨¢frica el pr¨®ximo 1 de abril.
ENVIADA ESPECIAL,"Las elecciones han comenzado bien", declar¨® ayer Fred Ekhart, portavoz de las Naciones Unidas en Windhoek al comentar ante la Prensa el desarrollo de la primera jornada electoral en Namibia. Ekhart, sin embargo, junto a la tranquilidad de los votantes, subray¨® la existencia de violaciones por parte de algunos grupos pol¨ªticos que perseveraron en continuar la campa?a electoral ante los colegios cuando ya no estaba permitido por la normativa.Ekhart tambi¨¦n coment¨® la existencia de una investigaci¨®n para aclarar la identidad de unos helic¨®pteros que el domingo lanzaron sobre Namibia unos panfletos aparentemente firmados por la Organizaci¨®n de los Pueblos de Africa del Suroeste (SWAPO). El ex grupo guerrillero ha negado ser el autor.
Algunos diarios considerados proclives a Sur¨¢frica volvieron una vez m¨¢s a acusar a la UNTAG (fuerzas civiles y militares de la ONU que supervisan el proceso de independencia en Namibia) de ser partidistas y favorables a la SWAPO, movimiento que se levant¨® en armas contra Sur¨¢frica y es favorito de las elecciones.
Sin embargo, ning¨²n incidente perturb¨® la calma durante el d¨ªa, a pesar de los temores suscitados por los antecedentes de la campa?a electoral, que se ha cobrado unas 50 v¨ªctimas mortales seg¨²n la SWAPO, entre ellos el carism¨¢tico Anton Lubowoek, un abogado blanco de Windhoek, prominente militante de la SWAPO. Las iras contra ¨¦l volvieron a manifestarse este fin de semana cuando unos v¨¢ndalos profanaron su tumba y quema ron todas las flores.
".Esperar¨¦ hasta el s¨¢bado"
Los colegios electorales abrieron a las siete de la ma?ana. En el barrio de Katutura, donde viven en modestas casas de un piso 45.000 de los 100.000 habitantes que tiene Windhoek, a las 11.30 horas la multitud formaba una l¨ªnea de al menos tres kil¨®metros. Un aspirante de la SWAPO decidi¨® desistir. "Esperar¨¦ hasta el s¨¢bado", dijo, al referirse al ¨²ltimo d¨ªa de votaciones. ?Qu¨¦ esperas de la independencia? "Todo depende de que todos los partidos pol¨ªticos se sienten a hablar tranquilamente; si no, por supuesto que puede haber guerras y matanzas", responde el joven.
La tranquilidad era absoluta en el barrio popular. Los votantes de los dos grandes rivales pol¨ªticos, SWAPO y la DTA (partido al que la SWAPO acusa de ser prosurafricano) se rozaban en el hacinamiento de una de las colas exhibiendo gorras, camisetas y sombrillas con los s¨ªmbolos de sus respectivos partidos. Para esa hora, all¨ª ya hab¨ªan depositado sus votos unas 450 personas. Al menos 64 de ellos eran votos condicionados, procedentes de personas que han perdido alguno de los dos documentos indispensables ante las mesas: carta de identificaci¨®n y certificado de inscripci¨®n en el censo electoral. Los votos condicionados deber¨¢n ser contabilizados aparte. Los tr¨¢mites para llegar a las urnas imprimen una gran lentitud a las votaciones. Los condicionales deben dirigirse a una mesa especialmente preparada para ellos, donde los responsables por parte de la ONU y de la AG (Administraci¨®n local surafricana), deben rellenar un volante.
Un joven de 20 a?os atascaba la cola en dicha mesa. Al ser preguntado sobre su documento de registro, el joven contesta que no sabe, de forma t¨ªmida y asustadiza y sin levantar los ojos del suelo, ante el responsable blanco surafricano. "No podr¨¢ votar si no se cens¨®", comenta el afrikaner al representante indio de la UNTAG, jefe de! equipo electoral en dicha mesa. Pero al registrar el sobre de pl¨¢stico en el que el joven lleva, bastante desgastados, los papeles de identidad, encuentra tambi¨¦n el de registro que el aspirante a votar no atinaba a identificar.
Otra mujer, ya a punto de entregar el voto, no comprende que tenga que poner la cruz en la casilla de su partido en una cabina y en secreto, y pretende hacerlo sobre una de las mesas de votaci¨®n. Los int¨¦rpretes nabasto ele una mesa a otra para transmitir en afrikaner o en idiomas locales las preguntas en. ingl¨¦s que los representantes de la UNTAG tienen que efectuar a menudo a los votantes para poder ir cumpliendo los tr¨¢mites. La Internacional Socialista ha enviado tambi¨¦n una misi¨®n de observaci¨®n, en la que se encuentra el diputado espa?ol por C¨®rdoba Rafael Vallejo.
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