Como si no te viera, existencia

Un domingo de estos atrasdos me encontraba haciendo que hac¨ªa la nada reconfortable limpieza casera, habitaba en m¨ª un desasosiego an¨ªmico, debido quiz¨¢ a ese sue?o que queremos infantilmente que se haga realidad y que por suerte o por desgracia jam¨¢s ser¨¢.Encima de la mesita del sal¨®n verdoso hab¨ªa, como siempre, una pila de pa¨ªses: tom¨¦ el primero y, como era costumbre, le mir¨¦ la fecha para ver si deb¨ªa seguir all¨ª o deb¨ªa destinarlo a billetes de limpiar cristales. Al mirar la fecha me llama la atenci¨®n no s¨¦ s¨ª fue el titular o el dibujo; s¨¦ que hablaba de la angustia. Comenc¨¦ a leer lo del periodista que en su angustia vital y con el coraz¨®n transformado en un tambor le daba taxista su carn¨¦ de identidad por si acaso mor¨ªa en el trayecto a su casa. Una inmensa marea recorri¨® mi cuerpo. Me pas¨® lo que le pasa a todo el mundo cuando se da cuenta de que no est¨¢ solo

Me dirig¨ª corriendo junto a mi compa?ero que dorm¨ªa pl¨¢cidamente mecido en su pelo dorado, lo despert¨¦ alborotada y le dije: "?Mira! ?Mira esto! Tambi¨¦n a me pasa" . Abri¨® sus ojos de miel destap¨® sus cobijosas manos y tom¨® la hoja, ley¨® la historia y, mir¨¢ndome con ojos de payaso despintado, me dijo: "Es tu nihilismo".

S¨ª, a m¨ª me ocurre lo mismo, entrando en el supermercado al llegar al fondo, esperando la vez en la carnicer¨ªa, de repente y sin motivo aparente, noto el coraz¨®n como si diera campanadas, me asusto y ese susto llama a la angustia, la cabeza parece que se va a desplomar. Tengo miedo, me acerco a la pescader¨ªa, a ver si all¨ª el olor me ahuyenta el p¨¢nico. Todo el mundo parece moverse a c¨¢mara lenta. No aguanto, tengo que escapar; me dirijo a la salida rezando casi, para que no haya cola. Por fin alcanzo la calle, me siento mejor, aunque ya s¨¦ que ha vuelto la distorsi¨®n.

Llego a casa sabiendo ya qu¨¦ medidas tomar, evitar autobuses repletos,ir poco al cine, leer a Herman Hesse y a A. Caentre,evitae caf¨¦s y cigarros. Y entre algunas cosas m¨¢s no tener miedo al miedo y al culpable de todo ello, a la Existencia, no darle mucha importancia. Sencillamente hacer como si no la -viera- .