Cumplea?os feliz

Despu¨¦s de escucharle tocar la bater¨ªa durante dos horas y media sin respiro, cualquiera pod¨ªa preguntarse quien celebraba 70 a?os. Y, s¨ª, era Art Blakey, cumplidos el pasado mes de octubre, y en sus manos el caudal de energ¨ªa que desde hace treinta y cinco a?os alimenta a su formaci¨®n.Blakey sale a escena con la ¨²ltima edici¨®n de los Jazz Messengers en la que cuenta con el trombonista Frank Lacy como director musical. A sus 30 a?os, Lacy ha tenido una experiencia larga y diversa de la Brass Fantasy de Lester 13owie a la Big Band de Illinois Jacquet, al tiempo que Bobby Watson o Steve Turre le llaman para sus grabaciones.

Saxos

Estuvo en Madrid en el pasado festival de la ciudad, con la Big Band de Carla Bley, y en su trabajo sobre Lament (en cada uno de sus solos) se revel¨® como alguien verdaderamente notable. En la misma l¨ªnea de vientos est¨¢ el sorprendente trompetista Brian Lynce -bien capaz de responder al continuo est¨ªmulo del l¨ªder- y dos saxos tenores deacento personal, el ¨¢spero Dale Barlow y el fluido Jabon Jackons. El pianista Geoff Keeczer y el bajista Essiet Okun Essiet cumplen en su espacio.

Esta ¨²ltima formaci¨®n funciona y son capaces de demostrar que el arreglo de su predecesor, el trompetista Clifford Brown, sobre I get a kick out of you sigue siendo una elevada plataforma de despegue. Mientras Blakey manda fuego y fuego. Sin interrupci¨®n, permanece la secci¨®n r¨ªtmica y cambian los vientos Llegan ilustres ex Messengers, el trombonista Curtis Fuller, el saxo alto Jackie McLean, los tenores Benny Golson y Dave Schnitter; un nuevo septeto y a la primera entrada de los metales, la satisfacci¨®n de un sonido de alt¨ªsima sensibilidad, cuatro m¨²sicos importantes.

"Blues de la marcha"

Jackie McLean pudo sobresalir, en esa altura, en su intervenci¨®n en el ya inevitable -y placentero- Round midnight, Curtis Fuller despach¨® maestr¨ªa, Schnitter alcanz¨® la plena robustez de su mejor sonido, y, en esta noche, Benny Golson no lleg¨® a tener el espacio en el que imprimir la extraordinaria belleza de su tenor (y es, desde luego, un gran m¨²sico con un mayor reconomiento a¨²n pendiente: en el tenor que descubren los j¨®venes m¨²sicos cuando se encuentran cerca de Coltrane, pero orientados a otra belleza de sonido).

Como final, el blues de la marcha, la marcha del blues, Blues march, con los 11 m¨²sicos en escena y vendaval final a ocho vientos. Pero a¨²n queda m¨¢s: son dos o tres golpes -golpazos, mazazos- sobre la bater¨ªa. Es Art Blakey, que r¨ªe y r¨ªe y manda besos al p¨²blico, el padre del invento celebra su cumplea?os y parece que su edad cuente a partir de la fundaci¨®n de su banda.