Canto dram¨¢tico y po¨¦tico

La indisposici¨®n de Teresa Berganza dio lugar, anteayer, a la actuaci¨®n en el Auditorio Nacional del bar¨ªtono norteamericano Thomas Hamson, quien se descubri¨® al p¨²blico madrile?o como un consumado int¨¦rprete del lied, tanto por la calidad de su voz, tan bella como flexible y colorada, cuanto por el conocimiento de los distintos estilos y la asunci¨®n general del lieder como lo que es: una resumida forma dram¨¢tico/po¨¦tica.Con la estupenda colaboraci¨®n del bien conocido pianista australiano Geoffrey Parsons, el cantante estadounidense hizo m¨²sica grande, desde esos incre¨ªbles lieder de Haydri que a veces, m¨¢s que preludiar, parecen ser del mism¨ªsimo Schubert, hasta las distintas visiones musicales de textos seleccionados en la c¨¦lebre colecci¨®n Des Knaben Wunderhom (El muchacho de la trompa m¨¢gica), publicada a principios del siglo rom¨¢ntico por Von Arnim y Clemens Brentano. Tanto el popularismo directo de Mahler, la elegencia de Mendelssohn como los intensos ejemplos de Strauss, Bralims y Sch¨®criberg, todo el repertorio fue exquisitamente matizado por Hamson y Parsons.

Entre una y otra serie, escuchamos un grupo de lieder de Roberto Schumann, acaso la cima del g¨¦nero al lado de Schubert, y un precioso tr¨ªptico del norteamericano Samuel Barber sobre textos de Joyce. El arte del lied que a la realidad dram¨¢tica a?ade su extraordinario poder de sugerencia y a la po¨¦tica de los versos suma la coherente de la voz cantada y el piano, constituye un mundo sin fronteras en el tiempo y en el lenguaje. El triunfo de Hainson fue enorme y a las ovaciones se unieron gritos de vuelve pronto! m¨¢s los irrenunciables bises.