'The new age'
La esperada reacci¨®n contra el materialismo de los a?os ochenta ya ha comenzado a despertar. Una corriente que evoca en buena parte al fen¨®meno hippy de hace 20 a?os pero que se distingue de ¨¦l en no pocos aspectos, y especialmente en su falta de ambici¨®n marginal, se extiende por Estados Unidos y Europa. Su nombre es the new age (la nueva era), que evoca indudablemente los felices sesenta. Seg¨²n los adictos a la nueva era, la presente salida de la Tierra del signo Piscis y su entrada en Acuario est¨¢ llena de presagios sobre la conformaci¨®n de un nuevo mundo. Los hipies se refer¨ªan a este fen¨®meno como al amanecer de una civilizaci¨®n de la que ellos ser¨ªan sus heraldos. S¨®lo cada 2.000 a?os se produce la circunstancia astrol¨®gica que ahora se encuentra, en formaci¨®n. Bajo la advocaci¨®n de Acuario, seg¨²n los expertos en este campo, resurgir¨¢ el pensamiento metaf¨ªsico, la armon¨ªa entre los hombres y la fusi¨®n con. la naturaleza.Pero esto son conceptos generales. Quienes se est¨¢n sumando a esta renovada corriente de la nueva era son partidarios, seg¨²n I-D, de una medicina, una educaci¨®n, una ciencia y una pol¨ªtica alternativa. Tambi¨¦n, evidentemente, a una m¨²sica m¨¢s dulce y pac¨ªfica, en la que desempe?a un importante papel el silencio. La llamada m¨²sica new age est¨¢ cundiendo con un afianzamiento, que dista de parecer ef¨ªmero. Vollenweider, Philip Glass, Arvo Part, Nyman ,o Laaraji, entre otros, ocupan la temporada de recitales en Par¨ªs y Bruselas como muestra de los .nuevos ritmos que comienzan a entusiasmar a los j¨®venes. La m¨²sica new age se ha extendido boca a boca por los campus, a trav¨¦s de revistas especializadas y mediante el apoyo de las emisoras experimentales de FM.
Para los participantes del movimiento, el yoga o el zen se encuentran entre sus intereses; tambi¨¦n las dietas vegetarianas o naturistas y la militancia en partidos pacifistas y verdes.
Una base del pensamiento que decide sus modos de vida o luna parte de sus modos de vida son las teor¨ªas expuestas por el doctor James Lovelock en su libro Gaia. Una nueva mirada a la vida sobre la Tierra. En esencia, lo que dice este libro es que el planeta, junto con sus habitantes, se comporta como un organismo vivo y aut¨®nomo, estrechamente interrelacionado internamente y extremadamente sensible a las perturbaciones. La agresi¨®n del hombre contra su medio, por ejemplo, lo detectar¨ªa el sistema Tierra como una enfermedad a la que reaccionar¨ªa quiz¨¢ haciendo desaparecer a los agresores. En este supuesto, los seres humanos se le presentar¨ªan al organismo Tierra como virus nocivos que se ver¨ªa obligado a exterminar. Pero no s¨®lo es ¨¦sta la base de un conocimiento cuya lecci¨®n es f¨¢cil de entender. La creciente investigaci¨®n actual sobre las cat¨¢strofes naturales y la posibilidad de predecirlas con suficiente antelaci¨®n deber¨ªa seguir la misma l¨ªnea reflexiva. Cualquier peque?a afectaci¨®n en un determinado lugar puede manifestar despu¨¦s sus efectos en latitudes remotas que recoger¨ªan f¨ªsica o ps¨ªquicamente las alteraciones. En la new age la idea de la globalidad y la interacci¨®n se repite desde todos los puntos, sea en la relaci¨®n hombre-medio, sea entre los hombres y sus comunicaciones. Precisamente la hip¨®tesis Gaia se proyecta tambi¨¦n en la zona del desarrollo telem¨¢tico e inform¨¢tico. Tras la extensi¨®n de los, ordenadores por todo el planeta, la segunda etapa, la que preside la nueva era, ser¨¢ la de su complejidad de relaciones, al punto de alcanzar una intensidad y riqueza tal que todo el sistema funcionar¨ªa como una viva met¨¢fora del cerebro humano. En este caso el progreso se contempla como un sistema integrador y pacificador. De un lado porque permitir¨¢ comprender la comunidad de destino interhumano y de otra parte favorecer¨¢ una experiencia, tal como la obtuvieron los viajeros espaciales, de hallarse compartiendo un mismo y ¨²nico planeta. Los part¨ªcipes de la new age cuentan ya con sus s¨ªmbolos, sus accesorios, sus canciones, su vocabulario (reencarnaci¨®n, relajaci¨®n, holismo), sus revistas y sus libros. Entre los accesorios, la pir¨¢mide grande para la meditaci¨®n y la peque?a pir¨¢mide para animar a las plantas a crecer, para afilar las hojas de afeitar o para mantener el pescado fresco, se encuentran entre los indispensables; tambi¨¦n los cristales y los ionizadores para la mesa de trabajo, el coche o el hogar. En cuanto a las revistas, New Humanity, o Resurgence son algunas de las m¨¢s solicitadas. Finalmente, en la bibliograf¨ªa, adem¨¢s del mencionado Gaia, pueden destacarse La conspiraci¨®n de Acuario, de Marilyn Ferguson, y Caos, de James Gleick.
Balances y tendencias
Las principales revistas del mundo han publicado a lo largo de estos dos ¨²ltimos meses sus balances particulares de los a?os ochenta. Incluso alguna, dada la rapidez e imprevisibilidad de los sucesos, no ha podido recoger el derribo del muro berlin¨¦s, que coronaba sus diagn¨®sticos sobre la conmoci¨®n comunista. El semanario parisiense Le Point, que por el momento no ha dedicado un suplemento especial a la d¨¦cada, ha recogido, sin embargo, a modo de datos indicativos sobre la transformaci¨®n tecnol¨®gica, una serie de innovaciones ahora incorporadas a la cotidianidad y que no se conoc¨ªan o no se hab¨ªan extendido hace apenas 10 a?os. Innovaciones que, en l¨ªnea con la new age, colaboran hoy a la interrelaci¨®n. Son ¨¦stas el videodisco, el magnetoscopio y la tarjeta con memoria del tipo usado en las llamadas telef¨®nicas, el tel¨¦fono de coche y el de bolsillo, el esc¨¢ner, el tren de alta velocidad, el modem que permite al ordenador central o personal telefonear a otro aparato, el disco compacto con rayo l¨¢ser, el contestador telef¨®nico capaz de reenviar una llamada a otro tel¨¦fono, etc¨¦tera.
La new age, depurada de sus rasgos m¨¢s pintorescos, asume con no poca coherencia optimista buena parte de las tendencias de fondo por las que discurren los usos sociales. Se podr¨¢ pensar, por ejemplo, que el ascenso de un movimiento donde se premia al vegetariano nunca podr¨¢ ser muy grande. Sin embargo, las ¨²ltimas noticias sobre el consumo de carne en Europa no hacen sino confirmar el distanciamiento de este alimento. Los datos sobre consumo c¨¢rnico, que hasta recientemente constitu¨ªan un detector directo del nivel de vida, est¨¢n empezando a perder significaci¨®n. Entre los sectores m¨¢s avanzados y modernos, la carne se ha convertido en un alimento excesivo: demasiada prote¨ªna, demasiado alimento, demasiado colesterol, demasiada, sangre. El pacifismo, la no violencia, la oposici¨®n a la caza y la ecolog¨ªa dan un nuevo fundamento ¨¦tico a la nueva, elecci¨®n alimentaria. En una reciente encuesta realizada en Italia sobre qu¨¦ productos se demandar¨ªan m¨¢s en los a?os noventa, una alt¨ªsima mayor¨ªa ha respondido que las verduras y las frutas, seguidas dei pescado y del queso.
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