Krenz y el v¨¦rtigo pol¨ªtico de la RDA

El historial de Egon Krenz era brillante: un leal subordinado de Honecker que controlaba los aparatos de seguridad, un apologista de la matanza de Beijing y el propietario de la sonrisa m¨¢s falsa de todo el Politbur¨® de Aleman¨ªa Oriental.El d¨ªa 6 de diciembre sonri¨® por ¨²ltima vez, asegurando que no deseaba obstruir el trabajo del primer ministro, Hans Modrow, que ahora constituye, con un peque?o grupo procedente de Dresde, la ¨²nica cara aceptable de la reforma en el partido comunista de la RDA. La dimisi¨®n de Krenz como jefe de Estado, tras abandonar el liderazgo del partido, coincide con lo que puede ser su crisis final a medida que se acerca la fecha del congreso extraordinario, en el que se espera encontrar caras nuevas.

Quiz¨¢ el descubrimiento de los archivos secretos de la polic¨ªa, que antes constitu¨ªa el peque?o imperio de Kreriz, sea el ¨²ltimo paso necesario, junto a la dimisi¨®n de todos los jefes de seguridad y el arresto domiciliario de Honecker. (...) Pero el drama de este personaje no demasiado agradable queda totalmente ensombrecido por el drama a¨²n mayor de toda la naci¨®n.

El muro de Berl¨ªn no es lo ¨²nico que se ha agrietado en las ¨²ltimas siete semanas, y nadie puede decir d¨®nde acabar¨¢ este proceso. Desde luego, no terminar¨¢ con Manfred Gerlach, el moderado l¨ªder reformista del Partido Liberal Democr¨¢tico, que ahora ocupa lajefatura del Estado. (...)

7 de diciembre