Brindis por la paz.
Majestades, altezas reales, se?oras y se?ores: La Academia Sueca me honra inscribiendo mi nombre al lado del de muy se?eras figuras de la literatura mundial contempor¨¢nea. Es un honor desproporcionado a mis escasas fuerzas el que recibo y quiero que, tras agradecerlo de todo coraz¨®n, se me permita dejar constancia de que, si me he atrevido a venir a donde estoy ahora, es no m¨¢s porque entiendo que el premio no es s¨®lo para m¨ª, sino tambi¨¦n para quienes, conmigo y en mi tiempo, escriben en la gloriosa lengua que a todos nos sirve de herramienta: el espa?ol. Y no quisiera extenderme m¨¢s en esta muy sincera confesi¨®n porque, aleccionado por Miguel de Cervantes, s¨¦ bien que no hay razonamiento que, aunque sea bueno, siendo largo lo parezca. Cuando, camino de Estocolmo, me preguntaba por las razones que me tra¨ªan hasta aqu¨ª empujado por vuestra benevolencia, pude entrever que vuestro prop¨®sito m¨¢s era el de premiar un oficio que una persona. Y si esto es as¨ª no ibais errados porque, seg¨²n Cervantes -otra vez y siempre Cervantes-, el fin de la literatura es poner en su punto la justicia y dar a cada uno lo que es suyo, y entender y hacer que las buenas leyes se guarden. Y la literatura, aventurada e irreversiblemente, es mi vida y mi muerte y sufrimiento, mi vocaci¨®n y mi servidumbre, mi ansia mantenida y mi benem¨¦rito consuelo. ?Qu¨¦ tranquila se queda mi conciencia despu¨¦s de deciros lo que acabo de decir!En la n¨®mina de los honrados con el Premio Nobel hay muy altas personalidades de la ciencia, tambi¨¦n mundial y tambi¨¦n de nuestros d¨ªas, a las que gu¨ªa el id¨¦ntico y enaltecedor prop¨®sito que a todos nos distingue y nos denomina: el de la paz en las cabezas y los corazones, y el de la solidaridad entre los hombres y los pueblos. No ignoro que no hemos llegado al fin de nuestro prop¨®sito y que todav¨ªa nos restan muchos pasos que dar con serenidad y buen sentido, con constancia, s¨ª, pero tambi¨¦n con suerte, y preconizo que de ese saludable camino no nos separaremos jam¨¢s.
Brindo por los reyes de Suecia, que reinan en un pueblo en paz; por el pueblo sueco, que ama la paz; por la Academia Sueca y otras instituciones Nobel que preconizan la paz, y por todos quienes, en el mundo entero, defienden la paz y la proclaman. Brindo por la paz.
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