La fuerza de Ketama

Ketama tiene fuerza, indudablemente: la que le da un p¨²blico joven que vibra con su m¨²sica, que llena sus conciertos a tope, que se identifica al ciento por ciento con su forma de hacer. Tiene tambi¨¦n la fuerza de su propia m¨²sica, vibrante, vital, arrolladora, en la que ellos se vuelcan a tumba abierta, vivi¨¦ndola como si cada concierto fuera el concierto de sus vidas. Y lo es, seguramente, y por eso conectan de forma tan definitiva con quienes les escuchan.El concierto fue realmente formidable. El grupo va recuperando una l¨ªnea m¨¢s flamenca que en sus comienzos, y creo que es un gran acierto. Porque ellos tienen ese sello en sus ra¨ªces, y lo dem¨¢s lo tienen todos los grupos que andan por estos mundos. El grupo lo articulan, indudablemente, los flamencos: Jos¨¦ Soto, Sorderita; Juan, Antonio y Jos¨¦ Miguel Carmona, los tres Habichuela, que son ciertamente unos artistas incre¨ªbles, que lo hacen todo con pasi¨®n inagotable, sin hacer de menos al resto de los m¨²sicos acompa?antes, buenos, creativos y capaces de seguir a los flamencos. Y por si los citados fueran pocos, introducen unos n¨²meros de baile flamenco por Loly Habichuela y Antonio Canales -sole¨¢ y buler¨ªas- que acabaron de enloquecer a la audiencia. Loly y Canales bailaron admirablemente, con nervio y disciplina, ateni¨¦ndose ejemplarmente a lo que de ellos se exig¨ªa.

Hubo la peque?a historia al margen, claro. En los contados momentos de silencio, de pronto se o¨ªa una voz de ni?o que llamaba: "?Pap¨¢!", "Hola, t¨ªo". Alguno que no levantaba un palmo incluso subi¨® al escenario con desparpajo. Y es que hab¨ªa unos cuantos Sorderitas y Habichuelitas en la sala, quienes dentro de algunos a?os, pocos, reeditar¨¢n los laureles de sus mayores. Seguro.