Monteverdi y Haendel, para los universitarios

La semana pasada fueron las V¨ªsperas de Monteverdi: la anterior, la Misa en si menor de Bach; ahora, el Mes¨ªas de Haendel y en febrero volver¨¢ Monteverdi con Orfeo. As¨ª, el cielo de la Univesidad Aut¨®noma de Madrid pone al alcance de todos los grandes monumentos de la m¨²sica.Ante un p¨²blico multitudinario, mayoritariamente joven, que llen¨® el Auditorio Nacional, The Scholars hicieron una preciosa versi¨®n de las V¨ªsperas de la Virgen Mar¨ªa de Monteverdi. Una veintena corta de cantores y ta?edores, de todo punto excelentes, expusieron su punto de vista sobre una partitura que, en definitiva, podemos considerar abierta. No s¨¦ -porque tendr¨ªa que decirlo el propio Monteverdi- si est¨¢bamos ante la autenticidad, o no; s¨ª, que la fervorosa creaci¨®n monteverdiana recuper¨® su intimidad sin merma de ning¨²n otro valor. Son¨® esplendoroso el Magnificant y antes, dos ¨²nicas voces femeninas, transfiguraron toda una escolan¨ªa para voltear con su letan¨ªa la asombrosa Sonata sopra sancta Mar¨ªa.

Lo expresivo adopta en la voz tales entonaciones que puede sugerir, como en el Gloria, procedimientos de hoy mismo y la mel¨®dica, en la que juegan serenidad y pasi¨®n, esto es, sentimiento, se enciende como un fuego ascendente al modo de El Greco. En definitiva, The Scholars reinstalan en nuestro ¨¢nimo la belleza creada por Monteverdi con potencia de actualidad. Se trat¨®, sin duda, de uno de los mejores conciertos de la temporada al que correspondi¨®, consecuentemente, una de las m¨¢s entusiastas reacciones.

Tambi¨¦n procedentes de Gran Breta?a anteayer vino al Monumental el Coro de la Capilla de San Jorge del castillo de Windsor -absolutamente perfecto en las voces- y la formaci¨®n instrumental The London Virtuosi, dirigidos en el Mes¨ªas de Haendel por el organista, director coral y orquestal, Christopher Robinson.

Con todo y guardar las adecuadas l¨ªneas estil¨ªsticas, la versi¨®n dist¨® bastante de lo conseguido por los int¨¦rpretes de Monteverdi. Para empezar, los solistas no eran nada extraordinario, lo que da?¨® a esa "¨®pera en libertad" que seg¨²n Romain Rolland son los grandes oratorios haendelianos. La soprano Tracey Chadwell, el contratenor Robert Harre-Jones, el tenor Paul Nilson y el bajo Mark Wildman, hacen esta m¨²sica con familiaridad, lo que favorece una interpretaci¨®n no apoyada en facultades especialmente importantes.

Ahora bien, cada intervenci¨®n del coro constituy¨® una pura delicia por la exactitud en la afinaci¨®n, la ligereza en el dibujo y el equilibrio de la polifon¨ªa.