Desesperada resistencia de los 'camisas negras'
Timisoara espera la derrota de los polic¨ªas leales a la dictadura
MIRJANA TOMIC ENVIADA ESPECIAL, Algunos camisas negras, como se conoce a los miembros de la polic¨ªa secreta leales a Ceaucescu, han comenzado a entregarse en Timisoara. Sin embargo, ante una derrota que parece inminente, muchos de ellos han decidido resistir hasta el fin. No tienen nada que perder, pero sus balas s¨ª pueden aumentar m¨¢s el n¨²mero de muertos en esta ciudad. El s¨¢bado, tras casi 20 horas de combates en la ciudad, en el aeropuerto y alrededor de algunas f¨¢bricas, parec¨ªa que la situaci¨®n hab¨ªa regresado a la calma, pues las ametralladoras de los terroristas se silenciaron frente al teatro Nacional.
En la ma?ana de ayer, hubo disparos espor¨¢dicos que partieron del edificio de la polic¨ªa de Timisoara. Se dice que el jefe de la Securitate y algunos fieles acuartelados en su interior dispararon contra una cola de vecinos que esperaba el reparto del pan.El fin de semana, la gente no estaba calmada. "Ellos esperan a la noche". De hecho, esperaron al atardecer y la noche del s¨¢bado para lanzar otro ataque desde los edificios cercanos a la iglesia ortodoxa y el teatro, donde se han atrincherado en los pisos tras haber asesinado a sus moradores. Los combates duraron toda la noche. Intentando cumplir su tarea, cuatro periodistas resultaron heridos: dos yugoslavos, un norteamericano y un italiano. Iban en dos coches y no saben de d¨®nde llegaron las balas. Pero esta vez la ciudadan¨ªa, tras la amarga experiencia del viernes, cuando las tropas especiales abrieron fuego contra la multitud agregada frente al teatro Nacional, se qued¨® en sus casas.
Hombres desesperados
Dos aviones del Ej¨¦rcito sobrevolaron Timisoara ayer por la ma?ana, mientras que los hombres de Securitate, ya desesperados de la batalla nocturna, intentaron huir hacia la periferia, trasladando as¨ª su lucha hacia las zonas, anteriormente tranquilas.
Por otra parte, el Ej¨¦rcito intent¨® capturar al jefe de polic¨ªa de Timisoara, quien huyendo se refugi¨® cerca de la calle de Remus, donde est¨¢ ubicado el Consulado yugoslavo, ¨²nica sede diplom¨¢tica extranjera en Timisoara y refugio de todos los periodistas. Ayer fue imposible acercarse al consulado, puesto que el Ej¨¦rcito lo hab¨ªa rodeado para atrapar al jefe de polic¨ªa. Mientras que los camisas negras aterrorizan a la poblaci¨®n, pues nunca se sabe desde d¨®nde empezar¨¢n a disparar, el Frente Democr¨¢tico Rumano, fundado en Timisoara, intentaba poner orden e hizo un llamamiento a la poblaci¨®n para que se abstenga de acciones aisladas. De hecho, el pasar de los comandos entrenados por la ciudad es relativamente f¨¢cil. A pesar de los miles de puestos de control instalados en las calles de Timisoara, donde los j¨®venes y los ni?os examinan los coches para descubrir armas, cualquier terrorista entrenado podr¨ªa pasar impunemente. Los j¨®venes rumanos ni siquiera han visto todos los modelos de coches que han entrado estos d¨ªas en Timisoara, as¨ª que a veces ni siquiera saben por d¨®nde buscar las armas escondidas. Pese a su buena voluntad, no tienen ni la experiencia ni la resistencia f¨ªsica: desde las seis de la ma?ana, armados con bastones, ocupan sus puestos para controlar los coches, comiendo pan, el ¨²nico alimento disponible.
Para impedir la llegada de los medicamentos y los alimentos de Yugoslavia, el pa¨ªs m¨¢s cercano a Timisoara, a s¨®lo 60 kil¨®metros, algunos terroristas abrieron fuego anoche y ayer por la ma?ana cerca de la frontera rumano-yugoslava en Vatin, del lado rumano. Temiendo que los terroristas pudieran utilizar precisamente esta frontera para salir del pa¨ªs, por ser la m¨¢s cercana, los habitantes de los pueblos de Denta, Deta y Moravitia y otros pueblos en el camino, que el viernes bailaban en las calles celebrando la victoria, han instalado m¨²ltiples puestos de control. Algunos civiles est¨¢n armados, otros llevan un bast¨®n como ¨²nica arma. Tambi¨¦n del lado yugoslavo se han instalado controles de polic¨ªa, inusuales para el pa¨ªs balc¨¢nico. Para impedir el caos, que ya reina en Timisoara, el Frente Democr¨¢tico hace todo lo posible por poner orden y controlar a la milicia popular y ha exigido que todos los civiles depositen las armas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.