Chile, el cambio tranquilo
Aylwin apuesta por un estilo sereno, conciliador y legalista en la transici¨®n a la democracia
Una numerosa vigilancia de carabineros sigue los pasos del presidente electo, Patricio Aylwin, y de su esposa, Leonor Oyarzun. Cuando se desplaza en coche, patrullas policiales lo rodean. Aylwin un abogado enemigo de la pompa, se ha resignado a la protecci¨®n Sin embargo, cuando fue a reunirse con el general Augusto Pinochet, pidi¨® a su comitiva que respetara las se?ales de tr¨¢fico y especialmente los sem¨¢foros. Fue un notorio contraste visual con la caravana del general, que transita en coche rodeado por una escolta jam¨¢s frenada por una luz roja, que lleva ambulancia y, fuera de Santiago, helic¨®ptero.
Chile vive cambios, pero sin desbordes ni prepotencia. La transici¨®n de la ¨²ltima dictadura suramericana a la democracia est¨¢ siendo "un proceso absolutamente at¨ªpico" y "por los caminos que dise?¨® la propia dictadura", admiti¨® Aylwin en una entrevista al diario La Epoca. "Nosotros nos metimos en ese camino y se lo ganamos", agreg¨®.En el equipo del nuevo Gobierno, Aylwin impuso un estilo sereno, conciliador y legalista. Frente a los tres grandes obst¨¢culos de la transici¨®n -democratizar la institucionalidad pinochetista, lograr justicia en los casos de violaciones a los derechos humanos y reducir las desigualdades sociales y econ¨®micas-, el presidente electo conflia en la negociaci¨®n para obtener consensos, aunque sean m¨ªnimos. Considera la impaciencia como uno de los riesgos de esta moderada transici¨®n.
Despu¨¦s de tomar vacaciones entre Navidad y A?o Nuevo, Aylwin volvi¨® a su oficina en Santiago para designar a su Gabinete ministerial, incluidos los subsecretarios, y a los principales embajadores. Los cargos claves ser¨¢n ocupados por democristianos, y los socialistas, que se unieron en diciembre, tendr¨¢n en compensaci¨®n un n¨²mero elevado de puestos. Ser¨¢ un enroque cuidadoso para mantener la confianza de los empresarios en el proceso de transici¨®n y la unidad de los partidos que lo apoyan.
El d¨®lar paralelo
El precio del d¨®lar paralelo, un term¨®metro de la estabilidad, ha permanecido inalterable. La econom¨ªa, sometida a un ajuste por el exceso de gasto en que incurri¨® el r¨¦gimen militar antes de las elecciones de diciembre, est¨¢ controlada. Los sindicatos y la patronal iniciaron un di¨¢logo con perspectivas de acuerdo por primera vez en 16 a?os.
Las reuniones diarias entre los asesores de Aylwin con los ministros de Pinochet para afinar la entrega del poder han sido cordiales. Hay "un traspaso no odioso ni antip¨¢tico", reconoci¨® Aylwin.
Ni el r¨¦gimen saliente ni el entrante han enviado invitaciones a mandatarios de otros pa¨ªses para el traspaso de la presidencia. Ambos esperan que el Tribunal Constitucional resuelva la controversia de fecha, que oculta una preocupaci¨®n por los s¨ªmbolos. Pinochet quiere hacer la ce remonia el 11 de marzo, d¨ªa en que dejar¨¢ la presidencia, pero Aylwin sostiene que a ¨¦l le corresponcle recibir el poder el 14 de marzo.
Los tres d¨ªas de interregno permiten, a Aylwin evitar que Pinochet en persona le d¨¦ la banda presidencial roja, azul y blanca. Esos d¨ªas son tambi¨¦n el momento ideal para que lleguen las visitas extranjeras que no desean saludar al ?dictador. Adem¨¢s de las fechas, pesa la diferencia que hay entre una transici¨®n hecha y coronada por el r¨¦gimen militar o una transici¨®n efectuada a pesar del Gobierno de Pinochet.
Cazurro, el general abandonar¨¢ la presidencia en marzo, pero no las armas. Cuando Aylwin le pidi¨® que no siguiera en democracia como jefe del Ej¨¦rcito, Pinochet replic¨®: "Est¨¢ equivocado. Nadie lo va a defender m¨¢s que yo, porque usted comprende, mi gente est¨¢ nerviosa y yo la tranquilizo". Aylwin dijo a La ?poca haber quedado impresionado por la respuesta de Pinochet. "Es un personaje incre¨ªble, un huaso ladino", coment¨® el presidente electo.
La Junta de Gobierno, que dejar¨¢ de legislar el 15 de enero, aunque podr¨ªa prolongar su per¨ªodo hasta fin de mes, se prepara para ser reemplazada por, el Parlamento. Un ¨²ltimo miembro alcanz¨® a incorporarse a la junta en su mes final como representante de Pinochet: el general del Ej¨¦rcito Jorge Luchar, que reemplaz¨® al fiel general Sergio Sinclair, designado senador por el actual jefe del Estado. De la junta que en septiembre de 1973 orden¨® bombardear el palacio presidencial de La Moneda s¨®lo permanece en ella un miembro, el almirante Jos¨¦ Toribio Merino.
Frenos legislativos
A 100 kil¨®metros de la capital, en Valpara¨ªso, 2.000 obreros se afanan para terminar el nuevo edificio del Congreso, con un coste de 40 millones de d¨®lares. Las C¨¢maras de diputados y senadores celebrar¨¢ sus sesiones geogr¨¢ficamente separadas del poder ejecutivo, en otra herencia que legar¨¢ Pinochet. El Congreso tendr¨¢ cercenada su facultad fiscalizadora sobre las autoridades del gobierno militar, seg¨²n proyecto de ley que hizo el r¨¦gimen.
Pinochet ha aceptado dialogar con el futuro Gobierno una ley sobre las fuerzas armadas que da m¨²ltiples atribuciones a los militares. Aylwin ha admitido que gobernar¨¢ sin tener mayor¨ªa en el Senado, pese a haberla ganado en las urnas, por los nueve senadores que designaron entre Pinochet, el Consejo de Seguridad y la Corte Suprema.
El presidente electo conf¨ªa en que algunos de los senadores designados actuar¨¢n en forma independiente y en alcanzar acuerdos con la derecha renovada. "Yo no me siento prisionero. Por el contrario, soy optimista y creo que voy a poder hacer las cosas", manifest¨® Aylwin.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.