Esperando el Plan Baker

"Israel ha aceptado los cinco puntos del Plan Baker. Lo que nos preocupa ahora es que su puesta en pr¨¢ctica no vaya contra nuestros intereses", ha declarado a EL PA?S Sim¨®n Shamir, embajador de ese pa¨ªs en Egipto, la ¨²nica naci¨®n ¨¢rabe que mantiene relaciones con Israel. Para evitar eventuales desviaciones, su Gobierno ha pedido garant¨ªas a Estados Unidos y enviado a Washington al ministro de Defensa, Isaac Rab¨ªn, que hoy tiene previsto entrevistarse con el secretario de Estado norteamericano, James Baker.Sim¨®n Shamir, persona clave por su cargo en la preparaci¨®n de negociaciones con los palestinos, es consciente de la polarizaci¨®n que esta decisi¨®n plantea en la sociedad israel¨ª. "Seg¨²n avance el proceso de paz, los israel¨ªes tendr¨¢n que adoptar una postura m¨¢s clara, y ¨¦sta depender¨¢ en gran medida de la actitud palestina", dice.

La claridad con que el embajador Sim¨®n Shamir ve la postura del Gobierno de su pa¨ªs no parec¨ªa compartida la semana pasada por Baker, que ante el aparente estancamiento de su mediaci¨®n amenaz¨® con abandonar sus esfuerzos, y con una dureza ling¨¹¨ªstica inusitada en el mundo diplom¨¢tico, record¨® a los implicados que "Estados Unidos tiene otras prioridades adem¨¢s de Oriente Pr¨®ximo"

El enfado de Baker respond¨ªa a la aparente indecisi¨®n de las partes (Israel de un lado y Egipto, en nombre de los palestinos, de otro) para entenderse sobre las condiciones del di¨¢logo y puede haber servida de aguij¨®n para el viaje de Rab¨ªn a Washington y las reiteradas visitas a El Cairo del l¨ªder de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP), Yasir Arafat.

Sim¨®n Shamir rechaza que Israel sea la causa de que no se haya celebrado la anunciada reuni¨®n preparatoria de los tres pa¨ªses en Washington. "Hemos presentado algunas objeciones al plan, de las que algunas han sido aceptadas y otras no, y para tratar de ¨¦stas ha viajado Rab¨ªn a Estados Unidos, porque nos gustar¨ªa reducir las diferencias para aumentar las posibilidades de ¨¦xito del encuentro".

Entre los temores de Israel figura que la convocatoria para discutir las elecciones en los territorios ocupados se convierta en un foro para combatir el problema palestino en su totalidad como desea la OLP. "Si se acepta nuestra propuesta, en tres a?os debemos empezar a negociar la fase final", asegura el embajador. "Creemos en una aproximaci¨®n paso a paso, como la que permiti¨® la paz con Egipto".

La minuciosidad llega a tal extremo que los israel¨ªes han pedido la supresi¨®n del sintagma "at the stage" (en estos momentos) en un p¨¢rrafo en el que Estados Unidos asegura no pretender el di¨¢logo directo entre Israel y la central palestina. Tel Aviv teme que la inclusi¨®n de esa expresi¨®n en la frase abra las puertas a un futuro intento de forzarle a sentarse en la mesa con su enemigo.

Sim¨®n Shamir descarta la existencia de un plan israefl alternativo al de Baker e interpreta las declaraciones que en este sentido ha hecho su ministro de Exteriores, Moshe Arens, como una opci¨®n en el tiempo. "Somos serios sobre la idea de las elecciones y estamos de acuerdo en que se lleven a cabo seg¨²n el Plan Baker, pero si no fuera posible tendr¨ªamos que intentarlo de otro modo", dice, y recuerda que la propuesta electoral parti¨® de la iniciativa de paz lanzada por su Gobierno el pasado mayo, mucho antes de que se diera a conocer el Plan Baker.

El embajador tiene tan claro el papel mediador de Egipto y EE UU como que su pa¨ªs no va a negociar con la OLP. Recuerda que tal decisi¨®n constituye uno de los pilares sobre los que se asienta el actual Gobierno de coalici¨®n y menciona el reciente incidente con el ministro Ezer Weizman, que "pol¨ªticamente viol¨® un acuerdo". Adem¨¢s, est¨¢ la ley que proh¨ªbe los contactos con miembros de la OLP.

Resulta dif¨ªcil hacerle salir de ese plano pofitico y dar su opini¨®n sobre la vabdez de negociar con los palestinos sin hablar con Arafat. "El plan electoral se refiere a la gente que vive en Cisjordania y Gaza; por tanto, se trata de negociar con ellos. Si eflos se declaran simpatizantes o partidarios de la OLP, no podemos interferir". Acepta que el asunto divide a la sociedad israel¨ª, que "atraviesa un debate interno crucial", y se hace eco de las dos tendencias enfrentadas que representan el Partido Laborista y la coalici¨®n del Likud.