Los mayores, ante el espejo
Eva Molina, profesora de EGB, terapeuta sexual y responsable, junto a Bataller, del tel¨¦fono, se muestra preocupada por el desconocimiento de los adolescentes. Achaca el problema al poco inter¨¦s del sistema educativo por integrar el sexo como una de las asignaturas a estudiar. Los adultos, en su opini¨®n, esperan que los j¨®venesmodifiquen sus actitudes sexuales sin darse cuenta de que el espejo en el que se miran los adolescentes no es otro que el de los mayores. Ello explica, en su opini¨®n, que los j¨®venes contin¨²en centrando las relaciones sexuales en el coito. "Lo ven en la familia, en la realidad que les rodea", dice Molina. "No se les puede pedir que comprendan que el sexo no es solamente la penetraci¨®n". El erotismo que desarrollan los chicos y las chicas es muy fresco, seg¨²n la terapeuta. "Lo que ocurre es que no disponen de informaci¨®n suficiente para romper el modelo sexual establecido, ni en la familia ni en la escuela. Pero, contrariamente, disponen de much¨ªsimos conocimientos sobre la pornograf¨ªa o la prostituci¨®n, es decir, sobre los aspectos m¨¢s oscuros pero m¨¢s coloquiales sobre el sexo".La represi¨®n que sufren, transmitida por los mayores, les impide concebir las relaciones sexuales de forma distinta. "Las chicas se preocupan much¨ªsimo sobre c¨®mo satisfacer al otro sexo. Los chicos se inician en la pr¨¢ctica sexual con la masturbaci¨®n, como ha sucedido siempre", a?ade. "La educaci¨®n sexual en la escuela se presenta como el ¨²nico instrumento para que los j¨®venes sepan que no hay un modelo ¨²nico de sexualidad, sino uno para cada persona".
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