Los colaboradores de Ceaucescu admiten su culpabilidad
El primer juicio contra colaboradores del dictador rumano Nicolae Ceaucescu comenz¨® ayer en Bucarest con la confirmaci¨®n de la plena complicidad de todo su bur¨® pol¨ªtico, excepto el general Milea, en las matanzas de la ciudad de Timisoara. Los ahora juzgados no podr¨¢n ser condenados a muerte, debido a la abolici¨®n de la m¨¢xima pena d¨ªas despu¨¦s del fusilamieto de Ceaucescu. Un refer¨¦ndum sobre la reinstauraci¨®n de la pena de muerte, prometido por l¨ªderes del FSN hace dos semanas, fue suspendido.
ENVIADO ESPECIAL
El juicio, que ayer dur¨® 25 minutos, y que continuar¨¢ ma?ana, se abri¨® en v¨ªsperas del primer gran reto que encara el Frente de Salvaci¨®n Nacional desde la toma del poder en la revoluci¨®n de diciembre. Diversas fuerzas han convocado una manifestaci¨®n en Bucarest en contra de la decisi¨®n del Frente de presentarse a las elecciones, que revela sus cada vez mayores tentaciones de aprovechar el capital pol¨ªtico de la revoluci¨®n para perpetuarse en el poder con ayuda de las estructuras de la dictadura. En los ¨²ltimos d¨ªas se han producido manifestaciones diarias de protesta ante la sede del Frente en la capital rumana.Son ya numerosos los miembros fundadores del Frente que se han alejado del mismo por este motivo. Los ¨²ltimos han sido la escritora Doinea Cornea, una de las m¨¢ximas autoridades morales en la oposici¨®n a Ceaucescu, y Dumitru Mazilu, uno de los principales dirigentes de la fuerza revolucionaria, que ha acusado al poder bajo Ion lliescu y Silviu Brucan de querer preservar una dictadura sin Ceaucescu. Mazilu acus¨® al FSN de "utilizar m¨¦todos estalinistas".
Nuevas leyes, como una de protecci¨®n de la integridad y el honor de las personas al servicio del Estado, que castiga unas ofensas tan ambiguas como el "asalto verbal" que pronto podr¨ªa incluir las cr¨ªticas a los ¨®rganos del Estado, han fortalecido la impresi¨®n de que los l¨ªderes del FSN entran en una "peligrosa realpolitik" que podr¨ªa congelar el proceso democratizador en aras de una estabilidad propia.
Como gran argumento legitimador de su poder utilizan el capital pol¨ªtico que supone para sus siglas el haber sido la fuerza directriz de la revoluci¨®n y la que termin¨® con la banda de Ceaucescu. Miembros de la Securitate y dirigentes locales y estatales directamente implicados en la pol¨ªtica represiva de Ceaucescu y en sus intoxicaciones informativas, en ¨®rganos de prensa, embajadas y organismos estatales, siguen mientras tanto en sus puestos.
Un mes despu¨¦s del juicio y ejecuci¨®n de Ceaucescu y su mujer Elena, comparecieron ayer ante el tribunal en la Academia Militar de Bucarest, cuatro de los m¨¢s destacados directores del aparato de represi¨®n y estrechos colaboradores del dictador. Tudor PosteInicu, 58 a?os, ex ministro del Interior; Emil Bobu, 62 a?os, secretario del Comit¨¦ Central y de hecho n¨²mero tres del r¨¦gimen tras la pareja de dictadores; el viceprimer ministro Ion Dinca, 61 a?os; y el vicepresidente de la Rep¨²blica, Manea Manescu, 73 a?os.
El fiscal ley¨® una declaraci¨®n, seg¨²n la cual, los cuatro hab¨ªan firmado una declaraci¨®n en la que se reconoc¨ªan culpables de complicidad en el asesinato masivo de sus compatriotas.
Ayer s¨®lo prest¨® declaraci¨®n ante el tribunal militar Ion Dinca, qui¨¦n acept¨® su plena responsabilidad en el "ba?o de sangre", intentando explicarlo con el hecho de "haber sido un cobarde", por no presentar cara al dictador en la reuni¨®n del consejo ejecutivo en el que se decidi¨® la matanza de Timisciara "el d¨ªa 17 de diciembre, a las 17 horas".
El que fuera viceprimer ministro del gobierno confirm¨® que en aquella reuni¨®n Ceaucescu hab¨ªa amenazado con su dimisi¨®n en caso de no ser respaldado plenamente en la decisi¨®n de reprimir por las armas las protestas.
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