Enedina Lloris, con 'El turco'

Aunque s¨®lo por una vez, Enedina Lloris encarn¨® el domingo la Fiorilla de El turco en Italia, la deliciosa ¨®pera de Rossini representada en el Teatro L¨ªrico Nacional La Zarzuela, en Madrid. Me parece que al hacerlo ha demostrado su voluntariedad y serio profesionalismo, aun arrastrando los inconvenientes de una indisposici¨®n real contra cuyos ¨²ltimos restos se debati¨® con ¨¦xito la cantante valenciana logrando un triunfo merecid¨ªsimo.Sucede, sin embargo, que por tantas cosas como la Lloris hizo, dejaba entrever lo que ser¨¢ su actuaci¨®n en este papel en condiciones absolutamente favorables y a pleno rendimiento. Se trata de un personaje, una parte musical y una palpitaci¨®n vital que convienen de modo extremado a Enedina Lloris.

No s¨®lo demostr¨® su aptitudes teatrales, la belleza de timbre en unos agudos atacados directamente con redondez y br¨ªo, la gracia con que asume recitativos, ligerezas, cantabiles y toda clase de matizaciones en un conjunto presidido por unos acentos que, como escribe Montale, no baten sobre la melod¨ªa, sino sobre el ritmo de la comedia y el di¨¢logo viv¨ªsimo entre escenario y orquesta. Enedina Lloris personific¨®, en s¨ª misma y dentro del conjunto, esos valores. Derroch¨® tanto arte como coqueter¨ªa un tanto maligna como es la de Fiorilla y nos dej¨® encandilados para la pr¨®xima vez que Selim vuelva a Italia en busca de los encantos de Fiorella-Enedina.

Iremos con El turco, no s¨®lo para escuchar en plenitud a nuestra cantante, sino tambi¨¦n para recibir las muchas sorpresas que todav¨ªa ha de darnos. Anotemos que, como era l¨®gico, la orquesta, en esta quinta representaci¨®n, son¨® con mucha mayor calidad que el primer d¨ªa, a pesar de algunos ataques un tanto ¨¢speros y arrastrados.