Masoquismo social
El dirigente Aleksandr Yakoviev, que emplea repetidamente la expresi¨®n de "masoquismo social" para referirse a sus conciudadanos, afirma que la perestroika comenz¨® con 20 a?os de retraso. YakovIev valora positivamente la primera sesi¨®n del Congreso de los Diputados Populares donde, seg¨²n dijo, hubo un aut¨¦ntico "prinier congreso de los diputados, en que se registaron enfrentamientos abiertos entre dos culturas pol¨ªticas", una la que representaban los estalinistas y otra, aquellos partidarios de la democracia.El pol¨ªtico sovi¨¦tico aboga decididamente por el "consenso estatal" y se?ala que de lo contrario "esperan nuevas desgracias" a la URSS.
Su libro es tambi¨¦n una especie de confesi¨®n personal. En ¨¦l, YakovIev expresa algunas esperanzas y dudas sobre la naturaleza humana: ?Acaso la enemistad nacional proporciona alegr¨ªa y la buena vecindad oprime? ?Acaso se vive m¨¢s tranquilo en una fortaleza asediada que en un mundo sin guerra, violencia o armas?. "No lo creo", se contesta. "No quiero creerlo", dice el pol¨ªtico que se muestra convencido del triunfo del "sentido corn¨²n".
Seg¨²n YakovIev hay una estrategia y un borrador de trabajo dentro de la perestroika, pero el resultado no se obtendr¨¢ maf¨ªana mismo. Considera que la renovaci¨®n espiritual que la perestroika ha tra¨ªdo consigo, pasar¨¢ a la historia, "como una de las haza?as morales e intelectuales de la humanidad".
Yakoviev revela muchas cosas de s¨ª mismo. Dice que le gustan los pintores primitivos de la Edad Media, el impresionismo franc¨¦s, la pintura social rusa y los pintores Kandinski y Chagali.
En uno de los art¨ªculos toca el tema de una secta religiosa los dujobory extendida en el imperio zarista ruso. Yakoviev revela que admiraba la capacidad de trabajo y de caridad, como opuestos al potencial destructivo y de confrontaci¨®n que inundaba la Rusia de entonces, de los que hac¨ªa gala esta secta, as¨ª como la capacidad de sus miembros para sobreponerse a las dificultades en las condiciones m¨¢s adversas y de entenderse con sus vecinos, sin olvidar por ello la alta exigencia y estima que se ten¨ªan a s¨ª mismos los miembros de los dujobory.
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