La polic¨ªa aconseja a Salman Rushdie que no aparezca a¨²n en p¨²blico
El novelista Salman Rushdie, que se encuentra en paradero desconocido desde que fuera condenado a muerte por el imam Jomeini, consider¨® ayer tarde la posibilidad de reaparecer en p¨²blico en un acto cultural celebrado en Londres. Pero su reaparici¨®n en persona fue desaconsejada por los servicios de seguridad que le custodian.Rushdie revel¨® su frustrada intenci¨®n en el texto que envi¨® para la discusi¨®n en un seminario sobre censura que se celebra en el Instituto de Arte Contempor¨¢neo, en el centro de Londres.
Los 200 asistentes al acto, que se sometieron a extrictos controles de seguridad en el acceso al recinto, oyeron el discurso de Rushdie en palabras del dramaturgo Harold Pinter, que ley¨® el texto remitido por el autor de los Versos sat¨¢nicos.
"Es una frustraci¨®n y una agon¨ªa no estar en condiciones de reincorporarme a mi vieja vida, ni siquiera para este momento", dec¨ªa Rushdie en el texto, y explicaba que hab¨ªa preguntado a sus protectores c¨®mo se sentir¨ªan si leyera este texto en persona. La respuesta fue poco m¨¢s o menos: "?Qu¨¦ hemos hecho para merecer esto?".
La lectura del texto por Harold Pinter dur¨® aproximadamente 40 minutos y constituye -bajo el t¨ªtulo ?Nada es sagrado?- una reflexi¨®n general sobre la literatura y lo sagrado.
Hemos asistido a un ataque sobre una obra de ficci¨®n particular, que es tambi¨¦n un ataque sobre las ideas mismas de la forma de la novela. Un ataque de tal ferocidad que ha sido necesario declarar de nuevo que lo m¨¢s precioso del arte de la literatura es responder al ataque, no con otro ataque, sino con una declaraci¨®n de amor", escrib¨ªa Rushdie.
Las fronteras de la fe
Luego, el autor condenado a muerte se desliz¨® entre las fronteras del amor y de la fe. "El amor puede llegar a la devoci¨®n, pero la devoci¨®n del amante es diferente de la del Creyente Verdadero porque aqu¨¦lla no es militante"."Yo puedo sorprenderme -incluso asombrarme- al saber que ustedes no piensan lo mismo que yo sobre una obra de arte o una persona: quiz¨¢ intentar¨ªa cambiar sus ideas, pero finalmente aceptar¨¦ que sus gustos, sus amores, son sus asuntos y no los m¨ªos. El Creyente Verdadero no conoce estos l¨ªmites. El Creyente Verdadero sabe que los suyos son simplemente verdad, y que t¨² est¨¢s equivocado. Intentar¨¢ convertirte, incluso por la fuerza y, si no puede, intentar¨¢ al menos despreciarte por tus creencias".
Salman Rushdie, que va a cumplir un a?o de reclusi¨®n la pr¨®xima semana desde que fuera condenado a muerte y que no ha logrado ablandar la conciencia de sus enemigos tras sus ¨²ltimas manifestaciones p¨²blicas, terminaba afirmando su optimismo: "M¨¢s tarde o m¨¢s temprano, se han desmoronado los muros en cualquier parte del mundo en la que la peque?a habitaci¨®n de la literatura ha sido cerrada".
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