Alberto Sordi

Le gusta seguir fomentando una cierta fama de seductor ganada a golpes de eterna solter¨ªa. Alberto Sordi (Roma, 1920) sonr¨ªe encantado cuando le preguntan por en¨¦sima vez por sus romances y amor¨ªos. "A veces pienso que he sido muy afortunado qued¨¢ndome soltero, y otras tengo una sensaci¨®n de melancol¨ªa y tristeza por no haberme casado", dice, despu¨¦s de recurrir al t¨®pico de "hay tantas que no sab¨ªa donde escoger". Sordi, cuyo aspecto es del italiano medio que tanto ha representado, confiesa que nunca ha buscado el amor entre sus compa?eras de reparto. "Cuando act¨²o, la pasi¨®n es falsa".El actor, que recal¨® en Barcelona para intervenir esta noche en el programa Un dia ¨¦s un dia, que presenta ?ngel Casas en el circuito catal¨¢n de TVE-2, record¨® ante los periodistas sus inicios en el cine, cuando intentaba convencer a los productores de que pod¨ªa hacer re¨ªr al p¨²blico interpretando personajes cotidianos. "No soy un actor de academia; lo m¨ªo ha sido visceral desde que era ni?o", coment¨®. "De todas formas, seguramente, si no hubiera existido el neorrealismo, no estar¨ªa ahora aqu¨ª; yo intent¨¦ desarrollar la faceta no dram¨¢ticade este movimiento". Su regalo de bodas para Fellini, cuando ¨¦ste todav¨ªa era un desconocido, fue dedicarle el aplauso del p¨²blico -entre el que se hallaba agazapado el cineasta- que asist¨ªa a un espect¨¢culo de variedades que ¨¦l presentaba. Despu¨¦s de rodar juntos Lo sceicco bianco e I vitelloni se separaron. "Quedamos tan amigos como siempre, pero ten¨ªamos dos estilos muy diferentes", afirma.

Cuando Sordi va al cine asegura que sigue manteniendo el mismo entusiasmo de un ni?o: "Soy puro p¨²blico, nunca lo miro como un profesional". Y comenta jovial que, desde hace poco m¨¢s de un a?o, el cine en Italia ha recuperado gran parte del p¨²blico perdido entre las l¨ªneas del televisor. "Jam¨¢s se me ha pasado ni siquiera por la cabeza el retirarme", dice el actor, que acaba de rodar una versi¨®n de El avaro, de Moli¨¨re.