La derrota en Madrid acent¨²a el distanciamiento entre Johan Cruyff y la plantilla del Barcelona

La derrota en el estadio Santiago Bernab¨¦u ha acentuado el distanciamiento existente entre el director t¨¦cnico del Barcelona, Johan Cruyff, y la plantilla. El entrenador azulgrana volvi¨® a amenazar ayer a sus jugadores diciendo: "El que no rinda al mismo nivel que en el partido contra el Madrid se sentar¨¢ en el banquillo y puede ir pensando sobre su continuidad en el club". Y agreg¨®: "Pueden rodar cabezas". Varios miembros de la plantilla replicaron a las palabras de Cruyff insinuando que la reacci¨®n del equipo durante la segunda parte del encuentro del pasado jueves fue motivada por iniciativa exclusiva de los compomentes del equipo. No es la primera vez que los jugadores recurren unilateralmente a un sistema de juego.

La mayor¨ªa de los, jugadores del Barcelona manifest¨® que la reacci¨®n del equipo en el segundo tiempo del partido contra el Real Madrid fue producto de la correcta posici¨®n de cada jugador en el terreno de juego "Nuestra reacci¨®n no fue producto de la casualidad", afirm¨® Bakero, "sino porque jugamos donde deber¨ªamos hacerlo siempre". Bakero rest¨® importancia a la actitud. adoptada por el equipo respecto al absentismo del entrenador, diciendo: "Todos los entrenadores que he tenido, incluido Cruyff, dan libertad de movimientosRoberto, en cambio, fue mucho m¨¢s preciso: "Frente al Real Madrid reaccionamos muy bien en el segundo tiempo y cada uno debe suponer el por qu¨¦ de ese cambio con respecto a la primera parte. El entrenador ya lo sabe, as¨ª que espero que analice el partido y saque sus conclusiones. Yo soy de los que piensan que, al final de temporada, habr¨¢ que examinar todo esto que ha sucedido"

Otros jugadores que prefieren mantenerse en el anonimato, por temor a represalias, fueron todav¨ªa m¨¢s concluyentes: "Salvamos el partido por orgullo y por nuestra cuenta. No hay nada m¨¢s que decir".

La actitud del t¨¦cnico

Cruyff, que pareci¨® provocar su expulsi¨®n en el partido del Bernabe¨² cuando el equipo luchaba desesperadamente por remontar el marcador, elogi¨® la actuaci¨®n de sus jugadores para despu¨¦s criticar abiertamente a alguno de ellos. "Estoy descontento", matiz¨®, "por que se juegue muy bien durante siete u ocho partidos al a?o, y en los dem¨¢s se observe un claro descenso en el rendimiento. As¨ª no se puede ganar la Liga. No tienen excusa"."Esta calidad y capacidad mostrada en el Bernab¨¦u", prosigui¨®, Ia tienen que sacar en cada partido, porque si no, a pairtir de ahora, pueden rodar cabezas".

El entrenador azulgrana redund¨® posteriormente en su an¨¢lisis y en sus amenazas: "Los aficionados comprobaron frente al Real Madrid que los jugadores azulgrana tienen calidad para ganarle, pero lo que me: duele es que hayan perdido pairtidos innecesarios. Esa actitud pasiva que han adoptado durante la temporada no se puede perdonar". "El pr¨®ximo domingo, frente al Rayo Vallecano", afiadi¨®, "comienza otra Liga para m¨ª. Los jugadores que no se entreguen, como en el pairtido frente al l¨ªder, se sentar¨¢n en el banquillo y, si no pueden aportar esta calidad demostrada, no deber¨¢n permanecer en el Barcelona".

Cruyff explic¨® lo que entiende como principal diferencia entre el Barcelona y el Real Madrid: "Mientras ellos pierden los papeles en un partido, como ocurri¨® el pasado jueves en la segunda parte, y consiguen ganar por 3 a 2, nosotros hacemos lo mismo, como ocurri¨® frente al Sevilla en el Camp Nou, y perdemos por 3 a 4".

El distanciamiento entre Cruyff y la plantilla se hizo evidente ya en el primer encuentro de Liga, disputado en Valladolid, cuando los jugadores instaron al entrenador a modificar el equipo titular inicialmente dispuesto por el equipo t¨¦cnico. Posteriormente, fueron los propios directivos los que culparon a la plantilla de no querer subsanar las deficiencias t¨¦cnicas de Cruyff. M¨¢s tarde, el consejo dirigido por el presidente Josep Llu¨ªs N¨²?ez mst¨® al entrenador a pactar con los jugadores la forma de resolver este asunto.

La falta de acercamiento entre las dos partes se hizo tambi¨¦n evidente en el partido de vuelta de la Recopa, en campo del Legia Varsovia, cuando el equipo azulgrana decidi¨® plantear el encuento por iniciativa propia.

La plantilla entiende, por ejemplo, que Julio Salinas debe actuar de delantero centro y no de extremo derecho como pretende Cruyff, y discrepa de los distintos cambios posicionales que introduce el t¨¦cnico en cada encuentro.