Los pa¨ªses andinos, satisfechos del acuerdo antidroga firmado con el presidente Bush
Los presidentes de los pa¨ªses latinoamericanos productores y procesadores de coca¨ªna estuvieron de acuerdo: m¨¢s que los acuerdos concretos en materia econ¨®mica, lo importante de la cumbre de Cartagena de Indias, celebrada el jueves, fue el cambio de actitud de EE UU sobre cu¨¢les son los ejes de la lucha contra el narcotr¨¢fico.
Este mano a mano con Bush, que dur¨® seis horas y que tuvo como escenario esta colonial y adoquinada ciudad, produjo, como dijo Alan Garc¨ªa, "un cambio radical como el d¨ªa y la noche en la interpretaci¨®n que se ha dado al problema del narcotr¨¢fico". Y a?adi¨®: "Lo m¨¢s importante es que logramos un di¨¢logo multilateral, superamos las relaciones bilaterales que han frenado a Am¨¦rica Latina". "Bush no es Dios", dijo al afirmar que el di¨¢logo hab¨ªa sido de igual a igual.Jaime Paz Zamora, presidente de Bolivia, estuvo de acuerdo con los planteamientos de su hom¨®logo peruano. "Hemos logrado que Estados Unidos acepte un cambio en la orientaci¨®n del problema", asegur¨®. "El narcotr¨¢fico, m¨¢s que un problema militar o policial, es un problema econ¨®mico, legal y social".
Motivos del cambio
?Y a qu¨¦ obedece este cambio? Para el peruano Alan Garc¨ªa, la explicaci¨®n es simple: "Las cosas mejoran cuando se ponen muy mal. Con la erradicaci¨®n forzosa de los cultivos y la indiferencia lo ¨²nico que se logra es que los muchachos de Estados Unidos consuman m¨¢s drogas y que haya m¨¢s hect¨¢reas sembradas de coca en los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina". Y para aclarar su posici¨®n cont¨® una an¨¦cdota triste: "En 1988 el Gobierno peruano se comprometi¨® a fondo con un programa de erradicaci¨®n de cultivos. Con motosierras se acab¨® con 6.000 hect¨¢reas del cultivo. ?El resultado? Dejamos a 2.000 campesinos en la miseria y se agudiz¨® en la zona el problema de la subversi¨®n".Para el presidente boliviano la ra¨ªz del cambio de actitud de Estados Unidos est¨¢ ¨ªntimamente relacionada con los cambios radicales de la Europa de Este. "En esta reuni¨®n escuchamos planteamientos que hubieran sido una herej¨ªa hace menos de un a?o", asegur¨®.
Ayer, pasado el alboroto de la jornada de la cumbre, economistas, analistas y pol¨ªticos se dedicaron a estudiar a fondo la declaraci¨®n de 14 p¨¢ginas que lleva la firma de cuatro presidentes: Alan Garc¨ªa, Jaime Paz, Virgilio Barco y George Bush. Algunos dicen que all¨ª no se consignan mayores compromisos. Otros, entre ellos los funcionarios de los cuatro Gobiernos comprometidos, aseguran que en el papel hay muchas cosas escritas, pero que a¨²n falta el que se concreten en hechos reales. "Where is the beef?" ("?d¨®nde est¨¢ la chicha?"), dijo Alan Garc¨ªa en la, conferencia de Prensa que precedi¨® a la firma del acuerdo final. Quer¨ªa decir que, si bien el documento contiene muchos puntos de inter¨¦s, falta ver c¨®mo se llevar¨¢ a la pr¨¢ctica. "Del dicho al hecho hay mucho trecho", fue lo que muchos afirmaron ayer demostrando que hay esperanza, pero no absoluta confianza, y que las medidas adoptadas en el campo econ¨®mico, financiero, legal y diplom¨¢tico para poner fin al flagelo del narcotr¨¢fico den frutos".
Entre los puntos m¨¢s importantes del documento firmado el jueves est¨¢n el compromiso de los pa¨ªses de establecer un intercambio probatorio (para lo cual se prev¨¦ la suscripci¨®n de acuerdos bilaterales), el compromiso de establecer mecanismos para el decomiso, incautaci¨®n y distribuci¨®n de ganancias de bienes ilegales del narcotr¨¢fico.
Por primera vez en este documento se plantea el que se tipifique y penalice el lavado de d¨®lares y el que se establezcan compromisos para poner fin al secre to bancario en el que se ampara el tr¨¢fico.
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