El ¨¦xito de una exprimidora
Ricky Ross y su banda ofrecieron un agradable concierto de pop sencillo, sin el m¨¢s m¨ªnimo riesgo o complicaci¨®n, en su segunda visita a Madrid. Se han convertido en un grupo de moda, y el p¨²blico respondi¨® como se esperaba: lleno total en un pabell¨®n del Real Madrid que contin¨²a dando muestras de su infame sonoridad.Deacon Blue escribieron en su d¨ªa una canci¨®n y, visto el buen resultado obtenido con ella, han repetido posteriormente sus formas y estructuras sin ning¨²n pudor hasta crear todo un repertorio.
Su composici¨®n modelo, la base de la que surge el resto de los temas, se encuentra a medio camino entre el pop brit¨¢nico m¨¢s comercial (en la l¨ªnea de Spandau Ballet o Duran Duran) y un rock sin demasiadas asperezas (entre Prefab Sprout y Echo and the Bunnymen). Un engendro muy comercial que, ali?ado con habilidad, puede hacerse pasar por aut¨¦ntico pop-rock. Real gone kid y Dignity son las versiones originales, y el resto de temas, copias m¨¢s o menos fieles. El grupo escoc¨¦s es una fotocopiadora musical, una exprimidora imparable que retuerce s¨¢dicamente un solo fruto para obtener de ¨¦l la m¨¢xima cantidad posible de zumo.
Deacon Blue
Ricky Ross (voz), Lorraine McIntosh (voz y guitarra), James Prine (teclados), Graerne Kelling (guitarra), Ewen Vernal (bajo y voz), Douglas Vipond (bater¨ªa). Pabell¨®n de Deportes del Real Madrid. Madrid, 7 de abril.
Interminables versiones
Esta falta de canciones obliga a Deacon Blue a prolongar los temas m¨¢s conocidos hasta la eternidad. Tres discos de ¨¦xito, de poco m¨¢s de cuatro minutos de duraci¨®n, fueron presentados en interminables versiones maxi-single ante el entusiasmo de una audiencia creada mediante la t¨¦cnica de la repetici¨®n de estribillos.Este mismo defecto acompa?a al grupo en las baladas, intensas y largas hasta la desaz¨®n. Sus discos y su puesta en directo tienen bastante en com¨²n, puesto que sobre un escenario no son excesivamente m¨¢s duros que en los trabajos realizados en estudio.
El sonido de la banda se basa en la bater¨ªa, los teclados y las voces. Los tambores mantienen la tensi¨®n r¨ªtmica, los pianos y ¨®rganos rellenan cualquier vac¨ªo y las voces de Ricky Ross y Lorraine Mclntosh ofrecen los matices necesarios para saber cu¨¢l es la canci¨®n que est¨¢n interpretando. La guitarra no se escuch¨® hasta pasados m¨¢s de 15 minutos y el bajo se perdi¨® entre las percusiones.
Instrumentalmente, Deacon Blue es un grupo cumplidor, fuerte y poco delicado, que s¨®lo admite sutilezas cuando ¨¦stas llevan la marca de sus dos cantantes. Ricky Ross y Lorraine McIntosh fueron los aut¨¦nticos protagonistas de la noche, con sus bailes, sus devaneos y unos juegos vocales que pasaban con peligrosa facilidad de la mayor calidad a la m¨¢s sangrante horterada. Ellos son la base de Deacon Blue y resultan cre¨ªbles, sinceros, comerciales y repetitivos. S¨®lo necesitan fabricar un nuevo modelo de canci¨®n para que descanse una exprimidora que no puede dar m¨¢s de s¨ª.
Babelia
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