Una eventual renuncia crear¨ªa problemas constitucionales

M¨¢s all¨¢ de las crisis internas en el seno del Fredemo, la eventual renuncia de Mario Vargas Llosa antes de la segunda vuelta electoral plantear¨ªa un problema institucional. La Constituci¨®n peruana obliga a una segunda vuelta cuando ning¨²n candidato ha conseguido mayor¨ªa absoluta de votos en la primera. Legalmente no puede haber un presidente que no haya reunido el 50% de los votos v¨¢lidamente emitidos. Si Vargas Llosa se retira, no puede proclamarse sin m¨¢s presidente a Alberto Fujimori, que s¨®lo ha conseguido un 28% de votos. Esto abrir¨ªa una crisis de legitimidad que podr¨ªa ser utilizada como argumento desestabilizador tanto por las fuerzas armadas como por los terroristas de la organizaci¨®n maoista Sendero Luminoso.En 1985, Alfonso Barrantes, candidato de la izquierda que qued¨® en segundo lugar en la primera vuelta, renunci¨®, y el aprista Alan Garc¨ªa no tuvo que acudir al segundo turno. En aquella ocasi¨®n el caso era diferente. Garc¨ªa tuvo m¨¢s del doble de votos que cualquier otro candidato y ¨¦l solo sum¨® m¨¢s que todos los otros competidores juntos. Adem¨¢s, si no se contabilizaban los blancos y nulos, Garc¨ªa tuvo en 1985 un 53% de votos. Esto no ocurre en esta ocasi¨®n.

El decano del Colegio de Abogados de Lima, Fernando Vidal, sostiene la obligatoriedad de la segunda vuelta y ha propuesto que si Vargas Llosa renuncia tendr¨ªa que celebrarse un refer¨¦ndum sobre la candidatura de Fujimori. De esta forma se podr¨ªa cumplir el mandato constitucional que obliga al presidente de Per¨² a tener la mayor¨ªa absoluta de los votos v¨¢lidos.

Los m¨¢s fieles partidarios de Vargas Llosa desear¨ªan que mantuviera su candidatura. Enrique Chirinos argument¨® a favor de la observancia del precepto constitucional y dijo que la segunda vuelta ofrece al electorado la oportunidad para la reflexi¨®n. En primera vuelta, el electorado vota con el h¨ªgado, y en la segunda, con la cabeza".