Un bombero incombustible
El ministro de Asuntos Exteriores m¨¢s veterano de Occidente -en el cargo desde 1974-, el incombustible Hans-Dietrich Genscher, se ha dedicado estos ¨²ltimos meses, a partir del momento en que empezaron a sentirse los primeros temblores del terremoto que ha puesto fin a la posguerra en Europa, a hacer de bombero en los incendios atizados por su canciller, Helmut Kohl, en su atolondrada carrera por la unificaci¨®n alemana.En el contexto actual, cuando la historia parece haber emprendido una carrera para recuperar las d¨¦cadas perdidas en la guerra fr¨ªa, parece que hace un siglo que Genscher consigui¨® que se acu?ara en las canciller¨ªas de la Alianza Atl¨¢ntica el t¨¦rmino genscherismo para descalificar los esfuerzos del jefe de la diplomacia alemana occidental en pro de conceder credibilidad al l¨ªder sovi¨¦tico Mija¨ªl Gorbachov e impedir que la OTAN desplegara los misiles de corto alcance destinados a que los alemanes se destruyeran entre s¨ª.
Pero de esto hace tan s¨®lo un a?o y Genscher se sali¨® con la suya. La primavera pasada, en la cumbre de la Alianza Atl¨¢ntica en Bruselas, el presidente norteamericano George Bush acept¨® las tesis alemanas. Nadie pod¨ªa prever entonces, de todos modos, que pocos meses despu¨¦s todas las razones que pudieran apostarse para seguir almacenando cabezas at¨®micas a ambos lados del r¨ªo Elba desaparecer¨ªan por el desag¨¹e de la historia. Para entonces, cuando empez¨® el terremoto, Genscher ya estaba atareado abriendo el camino hacia Occidente a los alemanes orientales que se amontonaban en las embajadas de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA) en Praga, Budapest y Varsovia. En la capital checa, en el palacio Lobkovitz, vivi¨® uno de los d¨ªas m¨¢s felices de su vida cuando desde el balc¨®n comunic¨® que el a¨²n l¨ªder de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA), Erich Honecker, hab¨ªa accedido a dejarles salir. Claro que luego esta emoci¨®n se vio superada el 9 de noviembre cuando cay¨® el muro de Berl¨ªn.
Pero entonces tuvo otros problemas. La cabezoner¨ªa de su jefe, el canciller, sobre el peliagudo tema de la frontera polaca, le oblig¨® a desplegar sus habilidades diplom¨¢ticas para tranquilizar los ¨¢nimos en medio mundo.
Nacido el 21 de marzo de 1927 en Reideburg, muy cerca de Halle, en la RDA, escap¨® de all¨ª en 1952. Ahora vuelto triunfalmente a la Alemania Oriental, pero para hacer campa?a para los liberales, a quienes los pron¨®sticos no daban ninguna oportunidad. Su aportaci¨®n consigui¨® situarlos por encima del 5%.
Nadie se explica su hiperactividad, mucho menos cuando ha sufrido ya tres operaciones de coraz¨®n, la ¨²ltima el verano pasado. En cada ocasi¨®n se recupera y emprende el trabajo a¨²n con m¨¢s fuerza. No s¨®lo es un bombero, sino que adem¨¢s es incombustible.
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