Impunidad
LA PUESTA en libertad del presunto miembro de los Grupos Antiterroristas de Liberaci¨®n (GAL) Georges Mendaille no s¨®lo constituir¨ªa, de producirse, un esc¨¢ndalo y una burla a la justicia. Tal decisi¨®n reforzar¨ªa de manera decisiva las sospechas sobre la cobertura oficial a esa banda y afectar¨ªa gravemente a la credibilidad de la cooperaci¨®n internacional en la lucha contra el terrorismo. Ello ocurrir¨¢ si persiste el prolongado silencio del Gobierno ante la extradici¨®n a Francia, concedida hace ya siete meses por la Audiencia Nacional, de este mercenario franc¨¦s presuntamente vinculado a los GAL.Detenido el 9 de febrero de 1989 en la localidad gerundense de Calonge, Mendaille fue acusado por la justicia francesa de participar en dos asesinatos cometidos por la banda terrorista en territorio galo. El procedimiento de extradici¨®n puesto en marcha por Par¨ªs, que reclam¨® a Espa?a la entrega de Mendaille para juzgarlo por asociaci¨®n de malhechores y tentativa de asesinato, impidi¨® que respondiera de estos hechos ante la justicia espa?ola; ahora, la dilaci¨®n del Gobierno en dar el visto bueno a la extradici¨®n decidida por la Audiencia Nacional puede impedir que lo haga ante la francesa y, lo que: ser¨ªa el colmo del absurdo, provocar que sea puesto en libertad sin cargos.
Los Estados europeos han puesto en pie un laborioso entramado legal -convenios bilaterales y multilaterales de extradici¨®n, procedimientos de asistencia judicial en materia penal, etc¨¦tera- que sirva de instrumento a los jueces para una actuaci¨®n coordinada frente al desaf¨ªo internacional de los diversos terrorismos. Pero este espacio jud1clal europeo, al que el propio presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, atribuy¨® p¨²blicamente un papel esencial en la lucha com¨²n contra el fen¨®meno terrorista, puede quedarse en agua de borrajas si los propios Gobiernos -y Espa?a ha sufrido los efectos cuando el Gobierno franc¨¦s bloque¨® en el pasado la extradici¨®n de terroristas de ETA- se resisten a dar los pasos que les conciernen para que resulte operativo.
Este esc¨¢ndalo vendr¨ªa a sumarse a otros que han marcando los intentos de esclarecimiento de las tramas de los GAL: desde el obstruccionismo gubernamental a la investigaci¨®n de los fondos reservados supuestamente utilizados para financiar las andanzas de Amedo y sus amigos, pasando por la estrat¨¦gica inmunidad diplom¨¢tica obtenida por el empresario Francisco Paesa, procesado en uno de los sumarios abiertos contra el citado comisario, el expediente acredita las peores sospechas.
Si persistiera el silencio oficial y Mendaille fuera puesto finalmente en libertad habr¨ªa que deducir que una vez m¨¢s la llamada raz¨®n de Estado se interfiere en la acci¨®n de la justicia. Y que la cooperaci¨®n entre Estados contra el fen¨®meno terrorista, que deber¨ªa ser beligerante ante cualquier forma en que ¨¦ste se manifieste, es pura palabrer¨ªa cuando a alguno de ellos no le conviene. Sin embargo, lo que, en aras de la credibilidad de esa cooperaci¨®n, habr¨ªa que evitar prioritariamente es que delitos que tan gravemente afectan a la paz social y a la democracia queden sin perseguir en ning¨²n pa¨ªs y, por tanto, impunes.
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