El toro de la alternativa
Sep¨²lveda / Dom¨ªnguez, Ortega, LozanoCuatro toros de Sep¨²lveda, desiguales de presencia, dos pobr¨ªsimos de cabeza, flojos y manejables, 1?, bravo y noble; 6? de Puerto de San Lorenzo, con gran trap¨ªo, inv¨¢lido y noble; 4? sobrero de Los Bayones, con trap¨ªo, manejable. Roberto Dom¨ªnguez: pinchazo y estocada corta trasera ca¨ªda (silencio); tres pinchazos -aviso-, otro pinchazo, estocada tendida y rueda insistente de peones (silencio). Ortega Cano: cinco pinchazos, estocada trasera ca¨ªda -aviso- y desc¨¢bello (silencio); estocada corta trasera tendida (oreja protestada). Fernando Lozano, que confirm¨® la alternativa: bajonazo (ovaci¨®n y tambi¨¦n pitos cuando sale a los medios); bajonazo (ovaci¨®n y salida a los medios). Plaza de Las Ventas, 17 de mayo. S¨¦ptima corrida de feria. Lleno de "no hay billetes".JOAQUIN VIDAL
La ganader¨ªa de bravo dicen que est¨¢ baja de casta, pero ya son un mont¨®n los toros de casta noble que se van al desolladero sin torear. Ayer fue el toro de la alternativa. Fernando Lozano, si es consciente del triunfo que se le escap¨® en Las Ventas, no podr¨¢ olvidar el toro con que confirm¨® la alternativa. Un toro maravillosamente elegido; un toro de nota, quiz¨¢ tambi¨¦n de vacas -como gusta decir a los taurinos-, bravo en varas, pronto al cite, noble de los que embisten tan humillados que aran la arena -seg¨²n se describe muy gr¨¢ficamente en la jerga-, codicioso sin excederse, de manera que segu¨ªa sometidito el enga?o.
Ese toro de nota y vacas, se le fue sin torear a Fernando Lozano en la ocasi¨®n solemne de su deb¨² en Madrid y su confirmaci¨®n de alternativa, todo al tiempo. Entend¨¢monos: no es que el debut ante-con firmante anduviera atropellado o que le abrumara la responsabilidad. Fue peor: es que el toreo bueno no le sal¨ªa; es que ni ejecutaba las suertes con hondura, ni las interpretaba con arte; es que no se le advert¨ªa ese gusto que trasciende en los toreros cabales cuando les sale un toro de bandera.
En los pases de pecho por duplicado -al hilo de la modaarrancaba Fernando Lozano los ol¨¦s que no provocaban sus redondos y naturales, y hubo tambi¨¦n excelentes remates de trincherilla y de molinete, pero ah¨ª empez¨® y termin¨® la calidad, perdida entre las docenas de pases que peg¨® al toro de la alternativa. Luego, de los que peg¨® al sexto, se perdi¨® la cuenta. El sexto era un toro cuya extrema bondad y larga paciencia descubr¨ªa las carencias art¨ªsticas de su lidiador, que se puso a trabajar a destajo. Pero la paciencia tiene un l¨ªmite, y en un par¨®n, el toro levant¨® al lidiador del suelo, acaball¨¢ndole en la pala del cuerno, y en ese sobresalto qued¨® el percance, menos mal.
La tarde iba de mediocridades y en los restantes toros, salvo uno, tampoco brill¨® el arte. Roberto Dom¨ªnguez hizo una imitaci¨®n perfecta del antiguo Roberto Dom¨ªnguez que se encorvaba para citar, se aliviaba con el pico y para ligar el pase apretaba a correr. Es decir, que se encorv¨®, se alivi¨®, corri¨®, como si los a?os no hubieran pasado por ¨¦l.
Tambi¨¦n Ortega Cano retrotrajo su primera faena a aquellos a?os, felizmente olvidados, en que no se hac¨ªa carrera de ¨¦l, y daba el paso atr¨¢s, como si estuviera asustadito. En cambio al quinto lo tore¨® muy bien por derechazos y sobre todo en una tanda de naturales hondos, ligados sin trampa ni cart¨®n. Luego cambi¨® el toro y cambi¨® la faena, que continu¨® desigual, pero el toreo ya lo hab¨ªa hecho y dio ocasi¨®n a que el p¨²blico comprobara la diferencia abismal que existe entre pegar pases y torear. Quiz¨¢ muchos no sabr¨ªan explicar esa diferencia mas la hubieron de sentir en lo profundo, porque cuando el toreo se ejercita puro es bell¨ªsimo y as¨ª ocurri¨® en aquellos naturales de Ortega Cano.
El toro hab¨ªa resultado manejable y tambi¨¦n los dem¨¢s. Ninguno como el toro de la alternativa, claro -pues toros de vacas aparecen rara vez-, pero dieron el suficiente juego para que cualquier diestro cabal les hiciera el toreo bueno. Lamentablemente eso fue lo que falt¨®: diestros cabales. Los taurinos dicen que la ganader¨ªa de bravo est¨¢ baja de casta y quiz¨¢ sea m¨¢s cierto que lo que est¨¢ bajo de casta es la propia torer¨ªa.
Babelia
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