Fernando Lozano

ROCIO GARC?AFue con Presumido, su cuarto toro lidiado en la plaza de Las Ventas, de Madrid, con el que consigui¨® tan tempirano triunfo: salir por la puerta grande. Era un toro manso y peligroso, del que ya ha pedido su cabeza para guardarla de recuerdo. Fernando Lozano, el torero que apenas unos d¨ªas antes hab¨ªa confirmado su alternativa en la plaza madrile?a, es de momento el ¨²nico que ha conseguido en esta feria de San Isidro abrir tan deseada puerta.. "Yo quer¨ªa que me pasaran despacio, muy despacio, para poder disfrutar esos momentos, pero se pasa enseguida", dice Lozano al recordar la tarde del pasado lunes.

Naci¨® en M¨¦xico hace 27 a?os, en el seno de una familia enraizada en el mundo taurino. Su padre es Pablo Lozano, el cual, junto a otros dos hermanos, Eduardo y Jos¨¦ Luis, son los empresarios actuales de la plaza de Las Ventas. Otro t¨ªo suyo, Manuel Lozano, es el apoderado de Roberto Dom¨ªnguez, el torero que le dio la confirmaci¨®n en Madrid. A pesar del ambiente taurino en el que ha vivido, sorprendi¨® a su familia el d¨ªa que les dijo, con 20 a?os y en tercer curso de Derecho, que hab¨ªa decidido dejar los estudios y ser torero. "Yo no consegu¨ª el apoyo de mi familia. Ni mi madre ni mi padre me apoyaron en la decisi¨®n, pero me han respetado, porque adem¨¢s no han tenido m¨¢s remedio".

De su cuello cuelga una cadena de oro con unas doce medallas y cruces de distintas v¨ªrgenes y cristos. "Yo soy creyente. Si yo no creyera que hay alguien ah¨ª, a mi lado, para ayudarme en los momentos dificiles, yo te aseguro que no me enfrentar¨ªa con un toro", asegura Lozano, que en las dos ¨²nicas ocasiones que ha toreado en Las Ventas ha estado en un tris de ser cogido. "Yo no s¨¦ si soy valiente", reconoce; "tengo confianza y seguridad en m¨ª mismo. Si eso es valent¨ªa, pues soy valiente". "Lo que s¨ª digo es que si un torero no quiere que le coja un toro, no lo hace, pero si quieres hacer una tarea emotiva, conectar con los tendidos y triunfar, corres ese riesgo". A pesar de ese riesgo, asegura que lo pasa peor en los tendidos, viendo a sus compa?eros, que en el ruedo.

De momento, ya est¨¢ saboreando las secuelas de su triunfo. Un triunfo con el que le premi¨® el p¨²blico de Madrid, que, seg¨²n afirma convencido, no ha tenido en cuenta ni parentescos, ni apellidos. Ya la gente le para por la calle, le da una palmadita en la espalda y le dice: "Enhorabuena". Y ¨¦l, quiz¨¢ haciendo caso del consejo que le ha dado su padre -"Que no eche las campanas al vuelo y no se me llene la cabeza de p¨¢jarcls"-, sonr¨ªe y da las gracias muy bajito, con cara de ni?o bueno.