El Ej¨¦rcito seguir¨¢ en el poder en Myanmar (Birmania) pese a elecciones "libres y pluralistas"
Myanmar, la antigua Birmania, celebra hoy en un clima de intimidaci¨®n, detenciones, torturas, y aislamiento internacional un irregular ejercicio de democracia, presentado por el r¨¦gimen militar que controla desde 1962 el que fuera uno de los pa¨ªses m¨¢s ricos del continente asi¨¢tico, como las primeras "elecciones libres, justas y pluralistas" en casi tres d¨¦cadas. El voto no cuestionar¨¢ la legitimidad pol¨ªtica de las fuerzas armadas, que seguir¨¢n en el poder hasta que el nuevo Parlamento redacte con consentimiento militar una Constituci¨®n, en un plazo de dos a?os.Algo m¨¢s de la mitad de los 40 millones de habitantes ha sido llamada a las urnas para elegir a 485 legisladores de la Asamblea Nacional. Un total de 2.296 candidatos se presentan por 93 partidos pol¨ªticos. El Consejo de Estado para la Restauraci¨®n de la Ley y el Orden, como se denomin¨® el nuevo Gobierno que surgi¨® del autogolpe habido en septiembre de 1988 tras la ola de represi¨®n civil en la que murieron al menos 3.000 personas, ha desautorizado la participaci¨®n de tres figuras de la oposici¨®n.
Los excluidos son la carism¨¢tica Aung San Suu Kyi, de 44 a?os, educada en el Reino Unido y casada con un brit¨¢nico, bajo arresto domiciliario desde junio del a?o pasado y que es secretaria general de la Liga Nacional para la Democracia (LND) e hija del asesinado fundador, en 1958, de la rep¨²blica birmana, Aung San; el cofundador de la LDN, el general retirado Tin Ooo, de 64 a?os, que cumple una condena de tres a?os de trabajos forzados; y el ex primer ministro U Nu, de 83, jefe de la Liga por la Democracia y la Paz (LDP), derrocado en 1962 por el general Ne Win, el impulsor de la desastrosa "v¨ªa birmana hacia el socialismo" que dej¨® al pa¨ªs en ruinas y que despert¨® en la primavera de 1988 una protesta estudiantil aplastado por los soldados.
Ne Win fue reemplazado en un golpe t¨¦cnico en septiembre de ese a?o por el actual primer ministro, el general Saw Maung, pero, pese a su avanzada edad (78 a?os) y su salud quebradiza, se le sigue considerando como el verdadero hombre fuerte.
Las elecciones de hoy, cuyos resultados definitivos es probable que se retrasen dos o tres semanas, se desarrollan sin apenas garant¨ªas democr¨¢ticas y bajo el m¨¢s absoluto desprecio de los gobernantes birmanos hacia la Prensa internacional y los observadores extranjeros.
La campa?a electoral se desarroll¨® con la ley marcial y el toque de queda vigentes y sin que los candidatos pudieran hacer una sola cr¨ªtica directa contra el Gobierno y los militares. Fuentes diplom¨¢ticas estiman que entre 100.000 y 500.000 personas han sido desalojadas de sus casas en los ¨²ltimos meses y reubicadas fuera de Rang¨²n (Yang¨²n, como se conoce ahora a la capital del pa¨ªs) en ¨¢reas infectadas de malaria. Muchas de estas personas se distinguieron por haber respaldado a la l¨ªder de la oposici¨®n, Aung San Suu Kyi, durante el movimiento de protesta social de hace un a?o y medio.
Amnist¨ªa Internacional, en un informe reciente denunciando las violaciones a los derechos humanos que se registran en Birmania, asegura que existen 18 centros de tortura en Rang¨²n.
Por otra parte, el Gobierno ha desencadenado ¨²ltimamente una batalla contra la minor¨ªas ¨¦tnicas y religiosas que viven en el pa¨ªs con el prop¨®sito de aplastarlas al tiempo que favorece el desarrollo de las organizaciones de productores de opio que se encuentran en la frontera con Tailandia.
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