Un mech¨®n de cabello
Antes de la perestroika, la colocaci¨®n de los dirigentes en los grandes actos de masas de la Plaza Roja era uno de los instrumentos de an¨¢lisis de los llamados kremlin¨®logos. En el Ir¨¢n contempor¨¢neo, la evoluci¨®n en materia vestimentaria es uno de los primeros elementos que tienen en cuenta los especialistas en la revoluci¨®n isl¨¢mica. Una mayor o menor tolerancia respecto a los colores alegres, el maquillaje femenino y ciertas prendas de fantas¨ªa, es s¨ªntoma de que soplan o no vientos liberales.La primera constataci¨®n de los occidentales que participaron a comienzos de esta semana en el primer aniversario de la muerte de Jomeini, fue que los iran¨ªes siguen vistiendo como mandaba el imam. Teheran presenta el mismo paisaje de mujeres enlutadas de los pies a la cabeza y hombres desali?ados, descorbatados y barbudos.
Como en los ¨²ltimos tiempos del imam, la disidencia femenina sobre el uniforme isl¨¢mico se expresa en unas zapatillas; de tenis o calcetines de colores asomando bajo los oscuros ropajes, un gran abrigo de dise?o franc¨¦s o italiano en vez del chador, un discreto maquillaje o un mech¨®n de cabello que se escapa del velo.
Sin embargo, el clima en la capital iran¨ª es menos sombr¨ªo que en los momentos ¨¢lgidos de la revoluci¨®n y la guerra. Las gentes afirman que respiran m¨¢s libremente, no tanto porque algo haya cambiado sustancialmente, como por la esperanza general en que algo va a cambiar. Nadie espera una s¨²bita conversi¨®n de Ir¨¢n a los modos de vida y valores occidentales, pero casi todo el mundo apuesta porque Rafsanyani lograra triunfar sobre los radicales e impondr¨¢ su versi¨®n light del jomeinismo.
El esp¨ªritu de Rafsanyani no ha llegado todav¨ªa a los trajes, pero s¨ª a otros aspectos de la vida iran¨ª. Hay una cierta tolerancia respecto al mercado negro de divisas y productos, un menor rigor en los controles aduaneros, una mayor permisividad respecto a la expresi¨®n privada o p¨²blica de opiniones disidentes.
En la noche del primer aniversario de la muerte del imam, miles y miles de iran¨ªes jugaban al ajedrez en los parques de Teher¨¢n, iluminados por las farolas. Durante mucho tiempo Jomeini prohibi¨® ese juego.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.