Brasil volvi¨® a ganar un partido de forma poco brillante
Los costarricenses anunciaban en broma la v¨ªspera del partido que iban a utilizar la brujer¨ªa para frenar a Brasil. Otros, m¨¢s realistas, ped¨ªan piedad a los brasile?os. Si existi¨® brujer¨ªa, sus efectos se pararon en la zona defensiva costarricense, excelente durante todo el partido, porque sus centrocampistas y delanteros apenas cruzaron la l¨ªnea divisoria.
Pero seguro que en Brasil, donde creen en estas cosas, m¨¢s de uno culpar¨¢ a la brujer¨ªa del corto resultado. Y explicar¨¢ que no es normal que tres disparos brasile?os se estrellen en la madera, y que Conejo, el guardameta centroamericano, sea capaz de atajar todos los tiros, excepto el autogol marcado por Montero al desviar un tiro de Muller.
Brasil volvi¨® a jugar un partido poco brillante, pero su velocidad de movimientos y la fuerte presi¨®n que realiza en el centro del campo hacen concebir esperanzas sobre su futuro en el torneo. La cuesti¨®n es saber si las salvajes cr¨ªticas al seleccionador Lazaroni, que ayer debieron cobrar nuevos br¨ªos, permitir¨¢n que siga con su idea de jugar con un libero y s¨®lo dos delanteros.
El Brasil de ayer confirm¨® la personalidad mostrada ante Suecia. Es un Brasil aburrido, sin el salero ofensivo de anta?o. Pero es un Brasil serio, muy serio, en su situaci¨®n en el campo. Costa Rica no logr¨® disparar ni una sola vez a puerta. En el centro del campo, Cayasso, autor del tanto ante Escocia y un jugador de buenos fundamentos, se encontr¨® siempre rodeado de cuatro brasile?os cuando lograba controlar un bal¨®n.
Lo ¨²nico que le falta a Brasil es creer a¨²n m¨¢s en su propio sistema y utilizarlo en su faceta ofensiva, presionando m¨¢s arriba a sus rivales. Eso s¨ª, los jugadores brasile?os carecen de la imaginaci¨®n desbordante de sus predecesores en la selecci¨®n.
Dunga, Valdo y Alemao roban balones en el centro del campo con la misma facilidad que los carteristas act¨²an en en el Metro. Pero son demasiado mec¨¢nicos y torpes cuando llevan el bal¨®n. A¨²n as¨ª, Brasil dispuso de varias oportunidades para marcar, como los tiros al palo de Careca (m. 2), Mozer (m. 47) y Muller (m. 58).
Costa Rica mantuvo la cabeza bien alta incluso despu¨¦s del autogol, en un partido que ya hab¨ªa dado por perdido antes de su inicio. El sistema defensivo de cinco hombres que ha construido el locuaz Bora Milutinovic, el seleccionador costarricense, es muy eficaz.
Sus pilares son el portero Conejo, que reza de rodillas antes de? inicio de cada encuentro, y el libero Flores. Conejo fue capaz, entre otras cosas, de arrebatarle limpiamente del pie el bal¨®n a un Careca que ya estaba mirando a la porter¨ªa, convencido de haber salido del regate, y de parar sendos disparos dur¨ªsimos de Valdo y Branco en lanzamientos de faltas. Pero si atr¨¢s defendi¨® con orden, Costa Rica se mostr¨® incapaz de organizar una sola Jugada de contraataque. As¨ª, dif¨ªcilmente pod¨ªa aspirar a otra cosa que a la derrota, aunque fuera por la m¨ªnima.
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