Reflexiones
Las noches despu¨¦s de los partidos simpre son dif¨ªciles; cuesta dormir y las jugadas se te van repitiendo sin querer en tu cabeza. La moviola funciona a tope y ¨¢un no has soltado toda la tensi¨®n que se acumula durante los 90 minutos. El pasado mi¨¦rcoles ten¨ªamos dos consuelos: sumar un punto y no encajar ning¨²n gol. Tambi¨¦n ten¨ªamos en nuestras mentes una gran preocupaci¨®n: nuestro mal juego.?Qu¨¦ pas¨®? Ah¨ª est¨¢ el dilema. No es f¨¢cil llegar al fondo ni a la raz¨®n de ese mal juego, tal vez porque no hay una causa, tal vez porque hay muchas.
Todo aquel que haya jugado al f¨²tbol sabe que hay d¨ªas en que a uno no le sale nada bien, en que parece que los contrarios son, m¨¢s grandes, mejores y el bal¨®n se convierte en una bola de fuego que hay que soltar cuanto antes. Resulta incre¨ªble mirar al campo y no ver ning¨²n hueco y a ning¨²n compa?ero . Todos son contrarios.
?Y eso por qu¨¦? Tal vez nos falt¨® confianza. Tanto conoc¨ªamos a Uruguay, tanto sab¨ªamos que un punto podr¨ªa ser bueno que todo se nos vino encima cuando el partido se puso dificil.
Sin embargo, dentro de este desastre hubo cosas positivas, que se escapan del r¨¢pido an¨¢lisis de lo m¨¢s evidente: el mal juego, la descoordinaci¨®n, la pobre sensaci¨®n de equipo. Insisto hubo cosas positivas como el trabajo de equipo, el buscar lo que m¨¢s interesaba en momentos dif¨ªciles. Nadie debe olvidar que es muy problem¨¢tico que un equipo tenga la suficiente personalidad para decidir qu¨¦ es lo m¨¢s positivo en cada caso.
Y, adem¨¢s, tuvimos la fortuna del penalti, que lleg¨® como consecuencia de una gran intervenci¨®n de Villarroya al evitar un gol cantado. Ruben Sosa lo fall¨®, pero antes hubo una peque?a guerra psicol¨®gica. Hab¨ªamos comentado con alguno de sus excompa?eros del Zaragoza su forma de lanzar las penas m¨¢ximas y creo que ¨¦l lo sab¨ªa. Quiso asegurar el tiro, d¨¢ndole mucha fuerza y se le fue arriba. Suerte y suspiros m¨²ltiples de alivio.
Pero los interrogantes que quedan flotando tras el partido, son varios. ?Y, ahora, qu¨¦? ?Somos o no somos? ?Y hasta donde somos? Incluso algunos comienzan a ver a los coreanos como cameruneses disfrazados.
No ser¨¢ f¨¢cil ganar a Corea. Vi¨¦ndoles frente a B¨¦lgica uno se da cuenta de que forman un equipo que corre y lucha durante los 90 minutos. Adem¨¢s, no tienen una mala disposici¨®n en el campo. Pero son inocentes, inexpertos y, frente a los belgas jugaron los que ¨¦stos les dejaron.
Es el momento de comprobar lo que son los equipos, los grupos humanos, su calidad y quienes los forman. Porque cuando las cosas van bien es f¨¢cil sonreir. El bajar los brazos no sirve para nada, el f¨²tbol tiene sus revanchas cada tres o cuatro d¨ªas y hay que aprovecharlas. Para que podamos dormir tranquilos... que buena falta que nos hace.
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