Un sistema complejo, pero rentable

Las fases finales de los campeonatos del mundo se han disputado aplicando diferentes sistemas seg¨²n el n¨²mero de las selecciones participantes en ellas. Pero, sin duda alguna, el m¨¢s complejo es el que se ha adoptado en las de M¨¦xico 86 e Italla 90. La Federaci¨®n Internacional de F¨²tbol Asociaci¨®n (FIFA), siempre en su af¨¢n de rentabilizar al m¨¢ximo el torneo con la disputa de cuantos m¨¢s cricuentros mejor, resolvi¨® que de 24 se clasificaran para la segunda ronda nada m¨¢s y nada menos que 16. Ello supone que los cuatro mejores de los seis terceros esten presentes en ella e incluso que haya que asistir a un sorteo, el pr¨®ximo d¨ªa 21 en el centro de prensa Gaetano Scirea, de Roma, en el hipot¨¦tico caso de que se produzcan empates m¨²ltiples.Tal complejidad se debe al inter¨¦s de la FIFA por ingresar m¨¢s dinero por los derechos de las retransmisiones televisuales, por lo cual favorece la participaci¨®n de m¨¢s selecciones y la celebraci¨®n de m¨¢s partidos. Estos sistemas de competici¨®n comenzaron a aplicarse desde

Argentina 78, justamente cuando el apartado televisivo comenz¨® a tener una decisiva importancia en los ingresos del campeonato. Desde el de Suecia 54 hasta el de la Rep¨²blica Federal de Alemania 74, la organizaci¨®n de cada torneo se hab¨ªa mantenido inalterable: cuatro grupos de cuatro equipos, de los que pasaban los dos primeros a los octavos de final.

En Argentina 78 se produjo la primera variaci¨®n: 16 selecciones, pero dos liguillas, que daban paso a las semifinales. El certamen de 24 selecciones fue una innovaci¨®n que trajo el espa?ol Raimundo Saporta para el de nuestro pa¨ªs, en 1982. La FIFA ha buscado a¨²n m¨¢s rentabilidad al espect¨¢culo, pero a costa de hacerlo complejo y, especulativo.